Santuario (Final)
William Faulkner XXIX El jurado estuvo ausente ocho minutos. Cuando Horace salió del edificio, anochecía. Las carretas empezaban a ponerse en marcha, algunas de ellas para recorrer doce y dieciséis […]
William Faulkner XXIX El jurado estuvo ausente ocho minutos. Cuando Horace salió del edificio, anochecía. Las carretas empezaban a ponerse en marcha, algunas de ellas para recorrer doce y dieciséis […]
William Faulkner XXVII La fecha del juicio quedó fijada para el veinte de junio. Una semana después de su visita a Memphis, Horace telefoneó a Miss Reba. —Sólo para saber […]
William Faulkner XXV Las mesas habían sido retiradas a un extremo del salón de baile. Todas estaban cubiertas con manteles negros. Las cortinas seguían corridas; a través de ellas se […]
William Faulkner XXIII Cuando Horace, después de cruzar el portillo de Miss Reba, se dirigió hacia la estructura rectangular con celosías, alguien le llamó a sus espaldas. Ya había anochecido; […]
William Faulkner XXI A medida que el tren se acercaba a Memphis, Virgil Snopes dejó de hablar y fue perdiendo aplomo, mientras su acompañante, por el contrario —sin cesar de […]
William Faulkner XIX —Pero esa chica… —dijo Horace—. Estaba perfectamente. Le consta que estaba bien cuando salió usted de la casa, y luego, cuando la vio con Popeye en el […]
William Faulkner XVIII Primero por la senda arcillosa y luego por la arena, Popeye condujo velozmente, pero sin dar sensación ni de apresuramiento ni de huida. Temple iba a su […]
William Faulkner XVI El día que el sheriff llevó a Goodwin a la ciudad había en la cárcel un negro que había matado a su mujer cortándole el cuello con […]
William Faulkner X La mujer, que preparaba el desayuno mientras el niño todavía —o ya— dormía en la caja detrás del fogón, al oír que alguien se acercaba atravesando el […]
William Faulkner VII Desde algún sitio más allá del corredor iluminado le llegaban las voces: una palabra suelta; de cuando en cuando las ásperas carcajadas burlonas de un hombre dispuesto […]