La gente del abismo (III)
Jack London 9. El cuartel Los antiguos espartanos utilizaban un método mássabio; salían a cazar a sus ilotas, y los alanceaban y losensartaban, cuando éstos se volvían demasiadonumerosos. Con nuestros […]
Jack London 9. El cuartel Los antiguos espartanos utilizaban un método mássabio; salían a cazar a sus ilotas, y los alanceaban y losensartaban, cuando éstos se volvían demasiadonumerosos. Con nuestros […]
Jack London 5. Los que están en el margen Os aseguro que no encontré nada peor, nada másdegradante y desesperado, nada que resulte, ni delejos, tan intolerablemente triste y deprimente […]
Jack London Prefacio Las experiencias narradas en este volumen las viví en el verano de 1902. Descendí entonces al submundo londinense con una mentalidad semejante a la de un explorador. […]
Raymond Chandler APUNTES SOBRE LA NOVELA POLICIAL (escrito en 1949) 1) La novela policial debe ser efectuada con verosimilitud tanto en lo que concierne a la situación original como el […]
Raymond Chandler (Sobre la novela policial) Abril 9, 1939A George Harmon Coxe Gracias por su carta y muy reconocido por sus observaciones sobre el problema del cuento detectives o en […]
William Saroyan Llevaba sin cortarme el pelo cuarenta días con sus cuarenta noches, y mi aspecto empezaba a ser el de varios violinistas en paro. Ya sabéis de qué pinta […]
William Saroyan Tom Garner, en la película, en la pantalla, un tipo corpulento y ancho de espaldas, constructor ferroviario, presidente de la Chicago & South western, se tambalea, no camina, […]
Mark Twain Carta VIII El hombre es sin ninguna duda el tonto más interesante que hay. También el más excéntrico. No tiene una sola ley escrita, en su Biblia o […]
Mark Twain Carta IV Así que la Primera Pareja se fue del Jardín con una maldición —una permanente—. Habían perdido cada placer poseído antes de «La Caída»; y sin embargo […]
Mark Twain El Creador se sentó al trono, pensando. Tras Él, extendido el ilimitable continente del cielo, empapado en una delicia de luz y color; ante Él, levantada la negra […]