Miguel Rubio Artiaga

Sun (1916)-Edvard Munch

Debería existir
un telón
para cerrar días.
Con una parte azul
por la otra negro.
Una con pecas
de algodón grandes
la otra mas pequeñas
blancas y brillantes.
Hay días que duran
mil horas y noches
que se escapan
en apenas un instante.
Madrugadas
que nunca llegan
solitarias, tristes,
eterna la espera
desesperante.
Centinela del dolor
en la oscuridad,
penitente de una vigilia
entre sombras
pétreas y amenazantes.

Hay días con tres soles,
dos Arco Iris,
campanas y pájaros
sonrisas y labios
en un mundo aparte.
Las horas se miden por besos
en un reloj hechizado
con una manecilla
de promesas
y la otra apuntando
los amantes.
Días de caricias
deseos realizados
y pasión liberada
donde las jaulas
se convierten en aire.

Hay noches festeras
que huelen a alegría
a vino compartido
entre risas
y alocados bailes.
Donde brillan las miradas
la Luna canta rancheras
a pura capella
con voz de soprano
en un idioma tan viejo
que no entiende nadie.
Baladas de amores
con los ojos
insinuantes.