Ítalo Costa Gómez

¡Feliz 2023, mis queridos amigos irreverentes! No puedo empezar mi primera columna del año sin antes desearles mucha dicha, espero con todo el corazón peruano que se extiende hasta cada país en el que nos leen y saludan que loe quiero mucho y espero que encuentres las puertas abiertas de par en par durante estos nuevecitos 365 días.

Hoy quiero hablar de algo muy importante para mí y que formó parte de mi niñez y la de muchas generaciones. Que dejó una huella que jamás podrá ser olvidada.

Roberto Gómez Bolaños, el genio creativo de la televisión mexico-hispanoaméricana quería que todo su elenco, todos sus actores, brillaran. Nunca tenía problemas con nadie, era más bien querendón, pero sí se aisló un poco del grupo cuando se formalizó a Florinda Meza como su pareja después de haber estado casado muchos años.

Se debe reconocer que le daba líneas hilarantes a Kiko (Carlos Villagrán). Lo dejaba imporovisar con su «¿Qué me habrá querido decir? y muchas de sus ocurrencias. La encantadora Doña Cleotilde (Angelines Fernández) siempre tenía matices entre buena y mala con los niños de la vecindad, estaba eternamente enamorada de Don Ramón y ésta tenía escenas deliciosas como «mujer celosa»

Doña Florinda (Florinda Meza) y el Profesor Jirafales (Rubén García) no se podían casar porque en la vecindad solo habían hogares disfuncionales y él quería mantener. Hizo que quisieran mucho al Sr. Barriga (Edgar Vivar) porque le perdonaba a Don Ramón la renta para que no se lleve a su hija a la calle y no vendió la vecindad con esa clase de vecinos porque los quería.

Además, no solo los hacía brillar en el «Chavo del Ocho». También en «El Chapulín Colorado», «Los Caquitos», «El Dr. Chapatin», entre tantos sketches que tenía el programa «Chespirito».

Un día Carlos Villagrán quiso su programa propio y la cabeza de Televisa Internacional le dijo que sí, pero bajo la dirección de Chespirito. Él le dio la mano de le dijo: «Muchas gracias, pero no». Lo vetaron en Televisa y en toda América Latina. El único país donde puso trabajar fue Venezuela con «Ah, qué Kiko» y Ramón Valdez lo siguió – grave error porque el programa no funcionó – pero él no quería ser dirigido por Florinda Meza cuyo carácter fuerte y firme era conocido en toda la televisión mexicana.

En el Chavo intentaría llenar el vacío con «Jaimito, El cartero», pero no era igual. Un día, Maria Antonieta de Las Nieves le preguntó a Chespirito: «¿Y por qué ya no estamos haciendo «El Chavo»? Y le respondió: «Porque ya estoy muy mayor para hacer a un niño de ocho años. Mi agilidad no es la misma y quiero que El Chavo sea recordado con dignidad».

Así cada quién fue dejando el programa y peleando por los derechos de sus personajes (sobre todo Villagrán y Maria Antonieta de Las Nieves – que finalmente ganó y se quedó con los derechos de «La Chilindrina». Rubén Aguirre y Edgar Vivar jamás pelearon con Chespirito y estuvieron cerca a él cuando falleció).

Una vez La Chilindrina y Chespirito coincidieron en un hotel de Miami. Él se acercó y le dio un fuerte abrazo (después de sus problemas legales) y ella le dijo: «nos queremos mucho». Nunca más lo volvió a ver.

Florinda Meza bloqueó toda llegada de Maria Antonieta y Villagrán a Roberto.

Que descanse en paz, este maestro de maestros.

*Les recomiendo leer las memorias de Roberto Gómez Bolaños: “Sin querer queriendo” que realmente te hace entender su vida no tan fácil, su pasión por el fútbol, su amor por la actuación y todos los sacrificios que tuvo que hacer en esta vida. Todos los comentarios que tuvo que aguantar. Tenía su carácter. Claro que sí, pero era uno de los “seres humanos más nobles del mundo” como lo repiten casi todos los que interactuaron con él.