Beatriz Fiotto

Postales desde Andrómeda de Helena Garrote Carmena de Ediciones Erradícame es un libro en tres partes: Cenizas, formas de vida a explorar y localización de cuerpos celestes.
Una clave de lectura puede ser el título. Si buscamos Andrómeda en google vamos a encontrar dos entradas importantes, la referencia al mito griego y el nombre de una galaxia. La definición que encontramos es “El término «andrómeda» o «andromeda» significa mujer que puede con todo. Andrómeda, constelación boreal situada al sur de Casiopea. Galaxia de Andrómeda”
Así también podemos pensar estas postales de Andrómeda como dos relatos, uno de una mujer que revisa una infancia urbana, en una familia trabajadora y el despliegue de personajes barriales desde la mirada de la niña que relata, pequeñas postales que sin embargo nos permiten armar un paisaje de una época y una familia, de un padre soñado, construido con fragmentos de presencias y ausencias de palabras que no pueden decirse, de cartas, de una espera que concluye en tristeza:
“al hacerme mayor entendí que si la pena es muy grande, puede acabar hablando sola…”
“nunca sabemos en el recuerdo de quién podemos estar”
“las palabras nunca llegaban a mi boca, se retorcían en mi garganta, ahogándome. La sola presencia de ese hombre me hacía sentir como un globo a punto de explotar, contenida y triste”
“Aun siento el profundo abandono que me sacudió cuando aquel trasto tomó velocidad y la figura de mi padre se fue alejando”
Otro relato es el que decanta esas constelaciones estelares de un mundo del espectáculo, personajes ya no del barrio sino de un Hollywood que funciona como una galaxia lejana que deslumbra en el horizonte.
Aguafuertes con forma de postales de esas constelaciones. Autónomas y con distintos registros escriturales, esas pinceladas forman un homenaje al séptimo arte. El humor en “La noche que soñé con Pollock”; un libro que cae en y sus hojas se mezclan generando un caos de personajes y argumento, o una moza que se deslumbra frente a una estrella de cine a la que le vuelca el café, “Cuestión de fe”, jugando con la literalidad. Y “Humanidades” que se burla del escritor y el mundo de la academia, con una narración en potencial que se resuelve en un concreto y nimio mensaje en una red social. También la nota nostálgica que rememora figuras como Marylin, Aute, entre otros.
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