EQUISEY: «Sobre el aborto»

Carlos E. Luján Andrade







X: Otro país acaba de legalizar el aborto. ¿Te enteraste?

Y: Claro, lo vi en las noticias. Hay mucha gente feliz por eso.

X: Sí, aunque también hay otras personas que no están de acuerdo.

Y: Yo no estoy de acuerdo.

X: Me extraña. Pensé que eras más progresista en tus ideas.

Y: Ah, pero estoy de acuerdo con la ley. Eso es diferente.

X: No comprendo.

Y: Muchas de las personas que dicen estar en desacuerdo con el aborto invocan argumentos etéreos. Citan la Biblia, postulados morales y los más atrevidos, argumentos científicos. Le dan vueltas a la ya manoseada pregunta: ¿cuándo podemos decir que un feto es una persona?

X: Es lo más común. No salen de eso. No ofrecen otra visión moral que no esté basada en dogmas. Con un individuo dogmático no se puede debatir. Pero, asumo que tú tendrás alguna otra razón para estar en desacuerdo con el aborto que no caiga en esos argumentos.

Y: Desde mi perspectiva y la manera más sencilla de enfrentar estos dilemas sociales es ser práctico. Al fin de cuentas es lo que hace que todas nuestras ideas puedan materializarse en la realidad. Si solo fundamentamos nuestros pareceres en conceptos y no en la experiencia, terminaremos imponiendo leyes para amoldar el mundo a nuestra imaginación. Eso no está muy lejano de ser un dictador. Hemos quemado personas por actuar con sentido común y en contra de los dogmas. Ya eso nos debió servir de lección.

X: El aborto es expulsar un organismo vivo. Ese es el punto de partida de los que objetan su práctica.

Y: Propongo que no caigamos en esa discusión. Será interminable y tiempo no tenemos. Ya está anocheciendo. Por eso menciono la practicidad. Mira, seré claro. No estoy de acuerdo con el aborto porque considero que practicarlo podría traer consecuencias que afectarían la psiquis de la mujer. No solo habrá repercusiones sociales sino también emocionales. Imagina cómo se atormentaría una mujer creyente en Dios y en el infierno después de practicar el aborto. El sentimiento de culpa podría traer más daño del que se imagina. Es por eso que es una idea idiota de los antiabortistas que por una ley las mujeres irían en hordas a abortar. Es opinar desde la insensatez. Es un hecho traumático para el cuerpo y la mente del que no podemos saber sus todas consecuencias. Y como verás, parto de un punto de vista en el que la idea de que el feto es un niño no tiene nada que ver.

X: Bueno, tu postura es darle prioridad a la vida de la mujer. En parte algunas normas ya consideran eso. Hasta algunos antiabortistas lo aceptan.

Y: Aunque no he terminado de plantear mi postura. Es de esta forma que si no somos conscientes, como sociedad, del daño que el aborto le puede ocasionar a las mujeres, entonces, ¿cómo permitirlo? Ellas dicen que es su decisión, pero cuántas veces nos hemos equivocado y lamentado con el pasar del tiempo de nuestros actos.

X: ¿El Estado sabe lo que les conviene más que a ellas mismas? Esa sería una postura demasiado paternalista, ¿no crees?

Y: En parte sí. Lo ideal es que el Estado les dé las suficientes opciones para que no lo haga. Una ley no lo hace en absoluto. Es imperativo y hasta insensible. El Estado que prohíbe a la gente hacer algo sin examinar con diligencia el caso, es como un padre abusivo y desconsiderado. Eso no ayuda en nada a la idea de democracia.

X: ¿Cuáles serían esas opciones? ¿Qué podría hacer una ley en esas circunstancias? Siempre se va a ver al Estado como una entidad que regula nuestra vida social.

Y: El aborto es algo muy íntimo. Si te pones a pensar más profundamente, ¿en qué podría afectar a la sociedad que alguien aborte o no?

X: Lo que dicen los abortistas es que afectaría “la moral”.

Y: Ahí se vuelve a caer en el sinsentido. Eso no es práctico. Ningún país podrá planificar políticas de salud basada en la moral. Te pongo un ejemplo. Para planificar la economía de un país se deberá considerar diferentes aspectos para entender la dinámica de esta. Entre ellas está la naturaleza cambiaria. Es decir, la cantidad de dólares que se manejan en el mercado. Ahí evalúas cómo van las exportaciones, las importaciones y otros detalles más. Todo eso está registrado en documentos que nos permiten saber cuánto dólares circulan en nuestro mercado. Lo que no sabemos es lo que viene de la informalidad económica y el narcotráfico. Imagínate cómo podrían planificar algo los llamados “narco-estados” o las “narco-regiones”. ¿Quién cuenta lo que se mueve ahí? Si no hay registros ni nada. Solo queda especular. Es andar a tientas. Eso ocasiona la apertura de empresas que lavan el dinero ilegal y las empresas recaudadoras de impuestos no pueden echarle el guante. Ya nadie sabe nada y se anda como si todo estuviera en orden. Eso ocasiona que haya cada vez más delincuencia y el Estado no sepa de dónde proviene todo aquello. Solo se dan cuenta cuando ya es demasiado tarde.

X: ¿No estábamos hablando del aborto?

Y: Sí, hacia ahí voy. Ten paciencia. El punto que quiero explicar es que el asunto del aborto puede ser tratado como cualquier otro más. Ya sabemos que no es muy efectivo decir a la gente que no fume. Con una ley no curas a nadie. Ese vicio ocasiona muchos gastos al sistema público de salud. Entonces, se aborda el problema desde otras perspectivas como el aumento de impuestos, la prohibición de publicidad o el impedimento de hacerlo en lugares públicos. Ahí vemos que hay opciones. El Estado no se mete en la vida personal, pero te está diciendo que de seguir con tal vicio, te hará difícil la vida en esta sociedad.

X: Pero al punto. ¿Qué opciones el Estado le puede dar a las que deseen abortar? Me parece que ese el fundamento de tu idea.

Y: Si no tenemos una idea clara de la situación, no se puede proponer nada. El aborto se hace clandestinamente cuando es ilegal. No hay control ni un protocolo debidamente revisado por las autoridades médicas para proteger la vida de la gestante. Que una ley diga que no aborten no hará que por arte de magia las mujeres no lo hagan. Como la prohibición del alcohol en EEUU en los años treinta. Lo peor es que se comenzó a comercializar bebidas alcohólicas hechas artesanalmente. Causando más daño del que hacía antes. Cuando autorizas algo lo puedes controlar. ¿Qué va a permitir que el aborto sea legal? Que el Estado pueda saber cuántas personas lo hacen, qué edad tienen, qué motivos existen para tomar esa decisión. Una base de datos donde figuren los detalles de quienes aborten. Solo así es que se podrán elaborar opciones y configurar una política de Estado que busque el bienestar de las mujeres. Ahora no existe nada de eso. Es peor. Así se podrá tratar con mayor dignidad a los seres humanos.

X: Es por eso que estás a favor de la ley, pero no del aborto.

Y: Es que creo que es una intervención muy traumática para las mujeres. Es una decisión durísima y sería preferible que no lo hagan. Para eso el Estado deberá proponerle muchas opciones para que ellas lo eviten. Quién sabe, podría ser asistencia psicológica permanente, adopción del niño por nacer, apoyo económico, laboral, académico. Disuadirla para que luego no lo lamente o dañe su organismo. Pero si aun así lo quiere hacer, pues que lo realice. No se puede vulnerar la libertad de las personas. No me desdigo. Sigo creyendo en la libertad de las personas. ¿Qué opinas? Todavía no me has dicho lo que piensas.

X: Estoy en parte de acuerdo, pero el problema más grave es que la mentalidad dogmática persiste en muchos Estados. Para aceptar tal iniciativa se debe hacer una reforma integral de funcionarios y legisladores. Hasta te diría que se debería prohibir la enseñanza de religión en las escuelas. Basta un dogmático para que esto tarde en implementarse muchos años. Bien por el país que legaliza el aborto, aunque sabemos que es el inicio de una travesía muy larga hacia la consolidación de ciertas libertades. Ahora a esas mujeres que harán públicamente su decisión de abortar, tendrán que hacerle frente a un sector de la sociedad recalcitrante.

Y: Ningún gran cambio es fácil. Lo que es claro es que ni tú ni yo veremos cómo terminará todo esto.

Una respuesta a “EQUISEY: «Sobre el aborto»

  1. Fuera de las ideas dogmáticas, esta claro que aborto es cegar la vida a un ser que tiene vida. Condenar a muerte a un ser que no puede defenderse. El trauma irreversible que le crea a una madre al considerarse asesina de su propio hijo. Las consecuencias son terribles. Lo más sensato es prevenir, educando a la población constantemente. La vida es la más grande expresión de amor, sin amor no hay vida. Sin vida no hay progreso.

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