DIARIO DE GUERRA. 28 de mayo de 1940-28 agosto de 1941 (II)

George Orwell

25-6-1940

Anoche hubo un aviso de ataque aéreo a eso de la 1 a.m. En Londres fue una falsa alarma, pero es evidente que se produjo un ataque en alguna parte. Nos levantamos y nos vestimos, pero no fuimos al refugio. Es lo que hizo todo el mundo: levantarse y quedarse charlando, por absurdo que parezca. Pero es natural que uno se levante al oír las sirenas, y luego, a falta de explosiones u otros estímulos, se sienta avergonzado de ir al refugio.

Ayer vi en uno de los periódicos que están repartiendo máscaras antigás en Estados Unidos, aunque la gente tiene que pagarlas. Lo más probable es que las máscaras sean inútiles para la población civil en Inglaterra y en Estados Unidos lo son casi con toda seguridad. El reparto no es más que un gesto de solidaridad nacional, el primer paso antes de ponerse el uniforme. En cuanto empezó la guerra, llevar o no una máscara antigás adquirió tintes políticos y sociales. Los primeros días, a la gente como yo que nos negamos a llevarla nos miraban por la calle y se daba por sentado que éramos de «izquierdas». Luego se perdió la costumbre y los que las llevaban eran tipos ultraprecavidos, gente que paga sus impuestos y vive en barrios residenciales. Con las malas noticias, el hábito ha revivido y yo diría que ahora las lleva un 20 por ciento de la gente. Pero aún te miran si la llevas sin ir de uniforme. Hasta que se produzcan los grandes bombardeos y la gente repare en que los alemanes no utilizan gas, el porcentaje de los que carguen con ellas será probablemente un buen índice de la impresión que las noticias sobre la guerra están causando en la opinión pública.

Esta tarde he ido a la oficina de reclutamiento para apuntarme a los Home Service Battalions. Tengo que volver el viernes para pasar el examen médico, pero como son para hombres entre los 30 y los 50 años, supongo que el nivel debe de ser bajo. El hombre que me ha apuntado, etc., era el típico imbécil, un excombatiente con medallas de la última guerra que apenas sabía escribir. Al escribir las mayúsculas, más de una vez las escribió del revés.

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27-6-1940

Por lo visto, anteanoche, al producirse el aviso de ataque aéreo, muchos londinenses se despertaron con la señal de todo despejado, pensaron que era la alarma y fueron a los refugios y se quedaron allí hasta la mañana siguiente esperando la señal para salir. Eso después de diez meses de guerra y de Dios sabe cuántas explicaciones de las precauciones que hay que tomar ante un ataque aéreo.

El hecho de que el gobierno en esta ocasión no haya tenido que hacer una campaña de reclutamiento ha amortiguado la propaganda. […] Lo más sorprendente es la ausencia de carteles propagandísticos de ningún tipo acerca de la lucha contra el fascismo, etc. Ojalá alguien enseñara al MOI (Ministerio de Información) los carteles utilizados en la guerra de España, si me apuras incluso los de Franco. Pero ¿cómo va a alzar esta gente a la nación contra el fascismo cuando ellos mismos eran subjetivamente profascistas y estaban dorándole la píldora a Mussolini casi hasta el momento en que Italia entró en guerra? Butler, en respuesta a unas preguntas sobre la ocupación española de Tánger, ha dicho que el gobierno de S. M. «da por buena la palabra» del gobierno español de que lo han hecho para preservar la neutralidad de Tánger: eso después de las manifestaciones falangistas en Madrid para celebrar la «conquista» de Tánger. […] Los periódicos matutinos publican un «desmentido» de que Hoare esté preguntando en Madrid por un armisticio. O sea, que lo está haciendo. La pregunta clave es cómo librarnos de esta gente en las próximas semanas, antes de que sea demasiado tarde.

La traición inconsciente de la clase gobernante británica en lo que es en efecto una guerra de clases es demasiado evidente para que valga la pena mencionarlo. Lo difícil es saber qué parte de esa traición es deliberada. […] L. M., que conoce o al menos ha visto a esa gente, dice que, con excepciones individuales como Churchill, la aristocracia británica está corrompida hasta el tuétano, carece del patriotismo más elemental y solo le preocupa mantener su nivel de vida. Afirma que tienen conciencia de clase y saben perfectamente que sus intereses coinciden con los de los ricos de cualquier otro lugar. Afirma que la posible caída de Mussolini siempre les ha parecido una pesadilla. Hasta ahora, las predicciones que hizo Myers a propósito de la guerra el mismo día que empezó han sido muy exactas. Dijo que no ocurriría nada hasta que pasara el invierno, que tratarían a Italia con mucho tacto y que de pronto se volverían contra nosotros, y que el objetivo de Alemania sería imponer un gobierno títere en Inglaterra con el que Hitler pudiera gobernar Gran Bretaña sin que la gente se diera cuenta. […] En lo único que se equivocó Myers es al pensar, como hice yo, que Rusia continuaría colaborando con Alemania, algo que tal vez no suceda. Pero es probable que los rusos no pensaran que Francia caería tan deprisa. Pétain & Co. están intentando llevar a cabo la misma traición contra Rusia que Rusia urdió contra Inglaterra. Lo interesante es que, en la época del pacto germano-ruso casi todo el mundo dio por sentado que era ventajoso para Rusia y que Stalin se las había arreglado para «parar» a Hitler, aunque bastaba echar un vistazo a cualquier mapa para ver que no era así. En Europa occidental el comunismo y el extremismo de izquierdas se han convertido casi totalmente en una forma de masturbación. Personas sin el menor poder de influir en los acontecimientos se consuelan fingiendo que están controlándolos. Desde la perspectiva comunista, nada importa tanto como convencerse a uno mismo de que Rusia está al mando. Ahora resulta dudoso que los rusos hayan hecho otra cosa que ganar un poco de tiempo con el pacto, aunque se las hayan arreglado mucho mejor que nosotros en Munich. Puede que, después de todo, Inglaterra y la URSS se vean obligadas a aliarse, en lo que sería un ejemplo interesante de cómo el interés supera un intenso odio ideológico.

The New Leader habla ahora de la «traición» de Pétain & Co. y la «lucha de los obreros» contra Hitler. Es de presumir que apoyarían la resistencia de los obreros si Hitler invadiese Inglaterra. ¿Y con qué combatirán los obreros? Con armas. Sin embargo el ILP clama al mismo tiempo por el sabotaje en las fábricas de armamento. Esta gente vive casi por completo en una fantasía masturbatoria, condicionada por el hecho de que nada de lo que digan o hagan tendrá la menor influencia en los acontecimientos, ni siquiera en la producción de un simple cartucho.

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28-6-1940

Me siento muy deprimido por el cauce que están tomando las cosas. Esta mañana he ido a pasar el examen médico y me han rechazado, tengo el grado C, con el que no aceptan a nadie en ningún cuerpo. […] Qué espantosa falta de imaginación la del sistema, incapaz de encontrar utilidad a un hombre que se halla por debajo del nivel físico medio pero no es un enfermo. Un ejército necesita una inmensa cantidad de trabajo burocrático, y la mayoría lo lleva a cabo gente sana y medio analfabeta. […] Podría disculparse al gobierno por no utilizar a la intelligentsia, que, en conjunto, es políticamente poco de fiar, si estuviese intentando movilizar a la mano de obra de la nación para que dejase de fabricar cosas innecesarias y se dedicase al trabajo productivo. Basta con salir a la calle para ver que eso no es lo que está sucediendo.

Hoy los rusos han entrado en Besarabia. La noticia no ha despertado prácticamente ningún interés, y los escasos comentarios que he oído eran de tibia aprobación o al menos no se oponían. Compárese con la intensa ira popular ante la invasión de Finlandia. No creo que la diferencia se deba a la percepción de que Finlandia y Rumanía sean premisas distintas. Probablemente sea por lo desesperado de nuestra situación y por la idea de que ese movimiento podría avergonzar a Hitler, y creo que así será, aunque es evidente que cuenta con todos sus parabienes.

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29-6-1940

El gobierno británico ha reconocido a De Gaulle, pero al parecer de una manera equívoca, es decir, no ha declarado que no reconocerá el gobierno de Pétain.

Algo muy esperanzador es que la prensa en nuestro bando conserva su independencia […] Aunque eso conlleve la dificultad implícita de la «libertad» de prensa, que depende de intereses creados y (a través de los anunciantes) de productos innecesarios. Los periódicos que resistirían a una traición no pueden oponerse con firmeza a la producción de esos productos cuando viven de los anuncios de medias de seda y chocolatinas.

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30-6-1940

Esta tarde, desfile en Regent’s Park de los LDV de toda la «zona», es decir, 12 pelotones teóricamente de 60 hombres cada uno (en realidad, unos pocos menos). Sobre todo excombatientes y, si dejamos a un lado el pésimo aspecto que tienen siempre los hombres cuando hacen la instrucción vestidos de paisano, no están tan mal. Cerca de un 25 por ciento son de clase obrera. Si hay ese porcentaje en la zona de Regent’s Park, en otras será mucho más alto. Lo que ignoro todavía es si se ha producido la tendencia de evitar reclutar contingentes de los LDV en los barrios muy pobres donde los mandos tendrían que ser de clase obrera. En la actualidad, la organización está en un estado anómalo y confuso que ofrece muchas posibilidades. La gente está organizando espontáneamente grupos de defensa local y es probable que estén fabricando granadas de mano caseras. No cabe duda de que las clases altas están atemorizadas por estas tendencias. […] El general que presidió el desfile era el típico imbécil senil, en realidad decrépito, y pronunció uno de los discursos menos inspirados que he oído. Los hombres, no obstante, estaban dispuestos a dejarse inspirar. Vítores al oír la noticia de que por fin han llegado los fusiles.

Ayer la noticia de la muerte de Balbo estaba en los carteles cuando C., los M. y yo pasamos por la calle. C. y yo nos alegramos, C. Contó cómo Balbo y sus amigos habían subido al jefe de los senussi en un avión y lo habían arrojado al vacío, y ni siquiera los M. (que son pacifistas convencidos) parecían muy disgustados. E[ileen] también estaba encantada. Por la noche (me quedé a dormir en Crooms Hill) encontramos un ratón que se había caído en el fregadero y no podía subir por las paredes. Intentamos construir una especie de escalera con cajas de jabón en polvo y demás por donde pudiera trepar, pero estaba tan aterrorizado que se ocultó debajo de la tira de plomo del borde del fregadero y no se movió ni siquiera cuando lo dejamos solo media hora o así. Al final, E[ileen] lo cogió con cuidado con la mano y lo dejó marchar. Son cosas sin importancia, […] pero cuando recuerdo lo mucho que me afectó el desastre del Thetis, hasta el punto de quitarme el apetito; creo que uno de los efectos más terribles de la guerra es alegrarse de oír que han hundido un submarino enemigo.

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1-7-1940

Los periódicos se han reducido hoy a 6 páginas, es decir, a 3 hojas. La letra ha disminuido de tamaño. Un análisis a grandes rasgos del News Chronicle de hoy: 6 páginas = 48 columnas. De ellas (sin contar los anuncios pequeños que hay junto a los titulares en la primera página), 15 columnas o casi un tercio son anuncios. Cerca de 1 ½ columnas están dedicadas a ofertas de empleo, etc., pero la mayoría de los anuncios son de bienes de consumo más o menos inútiles. Las columnas financieras también se mezclan con los anuncios; es probable que algunos de los informes sobre juntas directivas y demás los paguen las propias empresas.

El Express de hoy tiene 6 páginas = 42 columnas, de las cuales 12 son anuncios.

En todos los periódicos de hoy hay rumores de que a Balbo lo han eliminado los suyos, como en el caso del general Von Fritsch. Hoy en día cuando alguna persona eminente muere en combate se plantea inevitablemente esta cuestión. En la guerra española están los casos de Durruti y el general Mola. El rumor sobre Balbo se basa en la afirmación de la RAF de que no tienen constancia del enfrentamiento en el que supuestamente ha muerto Balbo. Si es mentira, y es posible que lo sea, se trataría de uno de los mejores golpes de la propaganda británica hasta el momento.

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3-7-1940

En todas partes predomina una especie de desesperación entre los intelectuales por el fracaso del gobierno a la hora de actuar y por que tantos incompetentes y profascistas continúen en los puestos de mando. Cada vez cunde más la impresión de que lo único que enderezaría la situación sería una invasión fracasada; y a eso se une el temor creciente de que Hitler no intentará la invasión, sino que se centrará en África y Oriente Próximo.

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5-7-1940

La casi total ausencia de víctimas británicas en el ataque contra los barcos de guerra franceses en Orán deja bastante claro que los marineros franceses deben de haberse negado a disparar los cañones, o que lo han hecho sin demasiado entusiasmo. […] A pesar de todo el jaleo en los periódicos sobre «la flota francesa fuera de combate», etc., etc., parece, a juzgar por la lista de barcos, que no tienen en cuenta la mitad de la armada francesa y desde luego solo la mitad de los submarinos. Pero los periódicos no dicen cuántos han caído ya en manos alemanas o italianas, ni cuántos se encuentran todavía en alta mar. […] El tremendo estallido de rabia en la radio alemana (si los informes son correctos, exhortando al pueblo inglés a que ahorque a Churchill en Trafalgar Square) demuestra lo acertado de esta acción.

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10-7-1940

Han inutilizado el acorazado francés Richelieu, que estaba amarrado en el puerto de Dakar. Pero no se ha hecho ningún movimiento para capturar los puertos franceses de África occidental, que sin duda no tienen guarniciones muy numerosas. […] Según Vernon Bartlett, los alemanes se disponen a hacer una propuesta de paz en los términos que yo había augurado, es decir, que Inglaterra deje de intervenir en Europa pero conserve el imperio, y que el gobierno de Churchill dimita y sea sustituido por otro aceptable para Hitler. La presunción es que en Inglaterra hay una facción deseosa de aceptar estas condiciones, y sin duda se ha formado un gobierno en la sombra. Parece casi increíble que alguien pueda imaginar que la gente toleraría un apaño así, a menos que haya combatido y se encuentre en un callejón sin salida. […] Al duque de Windsor lo han enviado como gobernador a las Bahamas, en la práctica una sentencia de destierro. […] El libro que acaba de publicar Gollancz, Guilty Men, la típica acusación de los presentes en Munich, se está vendiendo como rosquillas. Según Time, los comunistas estadounidenses trabajan codo con codo con los nazis de allí para impedir que las armas de Estados Unidos lleguen a Inglaterra. Es difícil saber con cuánta libertad cuentan en cada caso los comunistas. Hasta hace muy poco, daba la impresión de que con ninguna. No obstante, en los últimos tiempos han seguido políticas contradictorias en diversos países. Es posible que se les permita abandonar la «línea oficial» cuando aferrarse estrictamente a ella equivalga a su desaparición.

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16-7-1940

Llevamos varios días sin verdaderas noticias, excepto la rendición parcial del gobierno británico ante Japón, es decir, el acuerdo para dejar de enviar pertrechos de guerra por Birmania durante un tiempo. No obstante, no es tan definitivo como para que no pueda revocarlo un próximo gobierno. F. cree que es el último esfuerzo del gobierno (o, lo que es lo mismo, el último esfuerzo de quienes tienen inversiones en Hong Kong, etc.) para apaciguar a Japón, antes de verse obligados a apoyar a China. Tal vez lo sea. Pero vaya un modo de hacer las cosas: no llevar a cabo un solo acto decente hasta que no te quede otro remedio y el resto del mundo haya dejado de creer en que tus motivos puedan ser honrados.

W. dice que la intelligentsia londinense de izquierdas es hoy totalmente derrotista, considera desesperada la situación y está deseando que se produzca la rendición. Qué fácil debería haber sido prever, al oír las bravatas del Frente Popular, que se vendrían abajo en cuanto las cosas se torcieran de verdad.

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22-7-1940

Seguimos sin verdaderas noticias desde hace días. El principal acontecimiento del momento es la conferencia panamericana, que acaba de empezar, y la absorción por Rusia de los Estados Bálticos, que debe de ser una medida contra Alemania. La mujer de Cripps y sus hijas se mudan a Moscú, así que es evidente que cuenta con quedarse mucho tiempo. Se dice que España está importando grandes cantidades de petróleo, evidentemente para los alemanes, sin que se lo impidamos. Hoy hay mucha música celestial en el News Chronicle a propósito de la noticia de que Franco no quiere entrar en la guerra, que intenta oponerse a la influencia alemana, etc., etc. […] Será exactamente como he dicho. Franco fingirá ser probritánico, lo cual se utilizará como excusa para permitir las importaciones, y al final se unirá al bando alemán.

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25-7-1940

Sin noticias […] Varias personas que enviaron a sus hijos a Canadá empiezan a lamentarlo. Las víctimas mortales de los ataques aéreos del mes pasado ascendieron a unas 340. De ser cierto, es un número considerablemente menor que las muertes en la carretera del mismo período. […] Los LDV, que se supone que cuentan ya con 1.300 000 hombres, ha dejado de reclutar gente y ha pasado a llamarse la Home Guard. Circula el rumor de que quienes ejercen de suboficiales serán reemplazados por hombres del ejército regular. Eso parece indicar o bien que las autoridades empiezan a tomar a los LDV por una fuerza de combate, o que les temen.

Ahora se rumorea que Lloyd George es el Pétain potencial de Inglaterra. […] La prensa italiana también lo afirma y dice que la prueba es el silencio de L. G. Por supuesto resulta fácil imaginar a L. G. desempeñando ese papel por puro rencor y celos porque no le han dado ningún cargo, pero mucho menos fácil imaginarlo con la camarilla tory que favorecería semejante apaño.

Cuando voy por la calle me paso todo el tiempo mirando las ventanas y pensando cuál de ellas sería mejor para instalar un nido de ametralladoras. D. dice que a él le ocurre lo mismo.

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28-7-1940

Esta noche he visto una garza volando sobre Baker Street. Aunque eso no es tan improbable como lo que vi hace una o dos semanas: un cernícalo cazando un gorrión en mitad del Lord’s Cricket Ground. Supongo que es posible que la guerra, y la disminución del tráfico, aumenten el número de aves que viven en el centro de Londres.

El hombrecillo cuyo nombre siempre se me olvida conocía a Joyce, del partido fascista escindido, conocido por lord Ja Ja. Dice que Joyce odiaba a Mosley con toda su alma y hablaba de él con un lenguaje que no se puede reproducir. Teniendo en cuenta que Mosley es el principal partidario de Hitler en Inglaterra, resulta interesante que utilizara a Joyce y no a uno de los hombres de Mosley. Eso coincide con lo que decía Borkenau de que Hitler no quiere que exista un partido fascista demasiado fuerte en Inglaterra. Evidentemente, el motivo siempre es dividir e incluso dividir a los que dividen. La prensa alemana está atacando al gobierno de Pétain, no está muy claro con qué motivo, y lo mismo están haciendo elementos de la prensa francesa bajo control alemán. Doriot, claro, es uno de los primeros. Me llevé una sorpresa cuando el Sunday Times afirmó también que los alemanes en París están utilizando a Bergery. Aunque lo acepto con precauciones, pues sé cómo la derecha y la izquierda oficiales mienten sobre los partidos pequeños disidentes de izquierdas.

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8-8-1940

El ataque italiano contra Egipto, o más bien contra la Somalilandia británica, ha empezado. Aún no hay verdaderas noticias, pero los periódicos insinúan que es imposible conservar Somalilandia con las tropas que tenemos allí. El punto más importante es Perim, cuya pérdida cerraría en la práctica el mar Rojo.

H. G. Wells conoce bien a Churchill y dice que es un buen hombre, no un mercenario y ni siquiera un arribista. Siempre ha vivido «como un comisario ruso», «requisa» sus coches, etc., pero el dinero no le interesa. Sin embargo [H. G. Wells], dice que Churchill tiene la capacidad de cerrar los ojos ante los hechos y tiene la debilidad de no querer defraudar a sus amigos personales, lo que explica que no haya destituido a determinadas personas. [Wells] ya ha montado un buen escándalo a propósito de la persecución que sufren los refugiados. Considera que el centro de todos los sabotajes es el Ministerio de la Guerra. Cree que el encarcelamiento de los refugiados antifascistas es un ejemplo consciente de sabotaje debido a que algunas de esas personas están en contacto con los movimientos clandestinos en Europa y podrían en un momento promover una revolución «bolchevique», que, desde el punto de vista de la clase gobernante, es mucho peor que la derrota. Dice que lord Swinton, es el verdadero culpable. Le pregunté si creía que era una acción consciente por parte de lord [Swinton], pues decidir eso es siempre lo más difícil. Respondió que creía que lord [Swinton] sabe perfectamente lo que hace.

Esta noche he asistido a una conferencia con diapositivas de un oficial que había estado en la campaña de Dunkerque. Fue pésima. Dice que los belgas combatieron bien y que no fue cierto que se rindieran sin previo aviso (en realidad avisaron tres días antes), pero habló muy mal de los franceses. Tenía una fotografía de un regimiento de zuavos huyendo a la desbandada después de saquear unas casas; en la acera había un hombre totalmente borracho.

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9-8-1940

Nuestra situación financiera se está volviendo totalmente insostenible. […] He escrito una larga carta a los del servicio de impuestos explicándoles que la guerra casi me ha privado de mi medio de vida y al mismo tiempo el gobierno se ha negado a darme un trabajo. El hecho verdaderamente relevante para un escritor, la imposibilidad de escribir libros en mitad de esta pesadilla, no tiene peso oficial. […] No siento el menor escrúpulo hacia el gobierno y si pudiera no pagaría impuestos. Sin embargo, daría mi vida por Inglaterra sin dudarlo, si lo considerase necesario. Nadie es patriótico con los impuestos.

Los últimos días no ha habido verdaderas noticias. Solo combates aéreos, en los que, si los informes son ciertos, los británicos causan muchas bajas. Ojalá pudiese hablar con algún oficial de la RAF y hacerme una idea de si son o no fiables.

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16-8-1940

Está claro que las cosas van mal en Somalilandia, que es el flanco del ataque contra Egipto. Enormes batallas aéreas sobre el Canal, con, si las noticias se acercan a la verdad, grandes pérdidas para los alemanes. Por ejemplo, ayer se dijo que habían sido derribados 145 aviones. […] A los habitantes del centro de Londres no les vendría mal que se produjese un ataque para aprender cómo comportarse. De momento, todo el mundo actúa de la manera más absurda, sin que se tome otra precaución que la suspensión del transporte público. Los primeros quince segundos se produce una gran alarma, se oyen silbatos y gritos de que los niños vuelvan a sus casas, luego la gente empieza a congregarse en las calles y mira expectante al cielo. Por lo visto, a la gente le avergüenza ir de día a los refugios si no oye caer las bombas.

El martes y el miércoles pasamos dos días estupendos en Wallington. Sin periódicos y sin aludir a la guerra. Estaban segando la avena y sacamos a Marx los dos días para cazar conejos, y Marx resultó ser más rápido de lo que pensábamos. Me trajo recuerdos de mi infancia, tal vez sea la última vez que disfruto de ese tipo de vida.

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19-8-1940

Una característica de los ataques aéreos es la extrema credulidad de casi todos sobre los daños causados en lugares lejanos. George M. llegó hace poco de Newcastle, que todo el mundo cree que ha sido machacado, y nos dijo que los daños apenas son significativos. Por su parte, pensaba que Londres estaría reducido a escombros y lo primero que preguntó fue «si lo habíamos pasado muy mal». Es fácil entender que gente que vive en sitios tan lejanos como Estados Unidos crea que Londres está en llamas, que en Inglaterra escasea la comida, etc., etc. Y al mismo tiempo, hace pensar que nuestros propios ataques contra Alemania occidental deben de haber sido mucho menos dañinos de lo que se dice.

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20-8-1940

Los periódicos están intentando poner buena cara ante la retirada de Somalilandia, que no obstante es una grave derrota; la primera pérdida de territorio británico en varios siglos. […] Es una lástima que los periódicos (o en todo caso, el News Chronicle, el único que he visto hoy) insistan tanto en decir que es una buena noticia. Podría haber sido el inicio de otra agitación que habría servido para sacar a más inútiles del gobierno.

Quejas entre los Home Guards, ahora que los ataques aéreos se vuelven más comunes, porque los centinelas no tienen cascos de acero. Explicaciones del general Macnamara, que nos dice que al ejército regular le faltan todavía 300 000 cascos, y eso después de casi un año de contienda.

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22-8-1940

La prensa de Beaverbrook, a diferencia de los titulares que he visto en otros periódicos, parece estar dando a entender que el asesinato de Trotski lo ha llevado a cabo la GPU. De hecho, el Evening Standard de hoy incluye varios artículos sobre Trotski y no habla de esa posibilidad. Sin duda, siguen con la mirada puesta en Rusia y quieren aplacar a los rusos a toda costa, a pesar de las caricaturas de Low. Por debajo de eso puede haber muchas maniobras más sutiles. Los responsables de la actual política prorrusa del Standard sin duda son lo bastante listos para comprender que el apoyo al Frente Popular no es el verdadero modo de garantizar una alianza con Rusia. Pero también saben que la masa izquierdista en Inglaterra sigue dando por descontado que el modo de atraer a Rusia a nuestro lado es mediante una política antifascista decidida. Es curioso que siempre atribuya motivos tan tortuosos a los demás, cuando yo no soy precisamente muy astuto y me cuesta recurrir a métodos indirectos incluso cuando comprendo que son necesarios.

Hoy he visto en Portman Square un cabriolé de cuatro ruedas en bastante buen estado, con un buen caballo y un cochero al estilo de antes de 1914.

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23-8-1940

Esta mañana ha habido una alarma de ataque aéreo a eso de las 3 a.m. Me he levantado, he visto la hora, me he sentido incapaz de hacer nada y he vuelto a acostarme. Se habla de reformar el sistema de alarmas y más vale que lo hagan si quieren evitar que cada aviso cueste miles de libras en tiempo malgastado, sueño perdido, etc. El hecho de que ahora las alarmas suenen en una zona muy extensa cuando los aviones alemanes solo están operando en parte de ella, no solo implica despertar innecesariamente a la gente o hacerles dejar el trabajo, sino que está contribuyendo a crear la impresión de que las alarmas siempre son falsas, lo cual es evidente que resulta muy peligroso.

Me han dado mi uniforme de la Home Guard, después de 2 meses y medio.

Anoche asistí a una conferencia del general ––––––––, que está al mando de casi un cuarto de millón de hombres. Dijo que lleva 41 años en el ejército. Vivió la campaña de Flandes y sin duda fue limogé por incompetente. Se explayó diciendo que la Home Guard es una fuerza defensiva estática, y añadió con desprecio y subrayando sus palabras que no veía la menor utilidad en nuestros ejercicios para ponernos a cubierto, «arrastrar la barriga por el suelo», etc., etc, claramente una pulla contra el centro de instrucción de Osterley Park. Nuestra labor, afirmó, era morir en nuestro puesto. Insistió mucho en el uso de la bayoneta, y dio a entender que pronto se introducirían los rangos militares, los saludos, etc. […] Esos carcamales, tan claramente estúpidos y seniles, degenerados en todo menos en el valor físico, son ante todo patéticos y no inspirarían más que lástima si no los llevásemos colgados del cuello como piedras de molino. La actitud en esas arengas de los soldados rasos —tan deseosos de mostrarse entusiastas y tan dispuestos a vitorearles y reírles las gracias, y al mismo tiempo conscientes de que algo no acaba de encajar— siempre me ha parecido conmovedora. Ha llegado el momento de que alguien suba al estrado y les diga que están perdiendo el tiempo, que estamos perdiendo la guerra y quién tiene la culpa, para que se rebelen y echen a esos carcamales al cubo de la basura. Cuando los veo escuchar las charlas de esos borricos, siempre recuerdo el pasaje de Los cuadernos de notas de Samuel Butler sobre un ternero al que vio comiendo estiércol. No acababa de decidirse si le gustaba o no y lo único que necesitaba era una vaca que le diese una cornada para que recordase de por vida que el estiércol no se come.

Ayer pensé en cómo se las va a arreglar el Estado soviético sin Trotski. ¡O los comunistas! Lo más probable es que tengan que inventar un sustituto.

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26-8-1940

(Greenwich). El ataque aéreo del día 24 fue, que yo sepa, la primera incursión verdadera contra Londres, es decir, el primero en el que he oído caer las bombas. Estábamos en la puerta principal cuando bombardearon los muelles de East India. En los periódicos dominicales no se alude a los daños sufridos en los muelles, así que es evidente que ocultan los ataques contra los objetivos de importancia. […] Hizo mucho ruido, pero no resultó demasiado alarmante y no pareció que la tierra temblase, por lo que no deben de ser bombas muy grandes. Recuerdo las dos bombas que lanzaron cerca de Huesca cuando yo estaba en el hospital de Monflorite. La primera, que cayó a unos cuatro kilómetros, produjo un ruido espantoso que estremeció las casas e hizo que nos levantáramos de la cama asustados. Aquella debió de ser una bomba de 2000 libras y las de ahora deben de ser de 500 libras.

Tendrán que hacer algo cuanto antes acerca de la localización de las alarmas. Ahora millones de personas se despiertan o dejan de trabajar cada vez que un avión sobrevuela cualquier parte de Londres.

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29-8-1940

Las alarmas aéreas de las últimas tres noches han sumado unas 16-18 horas en total. […] Está muy claro que estos bombardeos nocturnos solo sirven para molestar, y, mientras se dé por supuesto que al oír la sirena todo el mundo tiene que correr a los refugios, bastará con que Hitler envíe media docena de aviones cada vez para interrumpir el trabajo y privar a la gente del sueño de manera indefinida. No obstante, la idea ya está empezando a cambiar. […] Por primera vez en veinte años he oído a cobradores del autobús perder los nervios y ser groseros con los pasajeros. Por ejemplo, la otra noche, una voz surgida de la oscuridad: «¿Quién es el cobrador, señora, usted o yo?». Me recordó al final de la pasada guerra. […] E[ileen] y yo hemos prestado muy poca atención a los bombardeos y yo tenía la sincera impresión de que solo me preocupaba la desorganización, etc., que causan. Sin embargo, esta mañana, cuando descansaba unas horas como hago siempre que vuelvo de guardia, he tenido una pesadilla muy desagradable en la que caían unas bombas muy cerca y me moría de miedo. Lo he comparado con el sueño que tuve al final de mi estancia en España, en el que estaba en un ribazo sin protección y a mi alrededor caían granadas de mortero.

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31-8-1940

Los ataques aéreos, cerca de media docena cada 24 horas, se están convirtiendo en una auténtica molestia. Se está extendiendo rápidamente la opinión de que no hay que hacer caso a no ser que se sepa que son a gran escala y ocurran en la zona donde te encuentres. De la gente que pasea por Regent’s Park, yo diría que al menos la mitad no presta atención a los ataques aéreos. […] Anoche, justo cuando íbamos a acostarnos, se oyó una explosión bastante fuerte. Luego nos despertó un enorme estallido, causado, según dijeron, por una bomba caída en Maida Vale. E[ileen] y yo comentamos que había sido muy ruidosa y volvimos a dormirnos; con la vaga impresión de oír los disparos de los cañones antiaéreos, volví mentalmente a España, a una de esas noches en las que tenías buena paja para dormir, los pies secos, varias horas de descanso por delante y el sonido de los cañones antiaéreos a lo lejos, que actúa como un soporífero, siempre que esté lo bastante lejos.

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1-9-1940

Hace poco he comprado una gorra militar. […] Por lo visto, apenas hay gorras por encima de la talla 7. Está claro que quieren que los soldados tengan poca cabeza. Esto encaja con el comentario que le hizo un oficial a R. R. En París cuando quiso alistarse en el ejército: «Por Dios, no creerá que queremos hombres inteligentes en la línea del frente, ¿verdad?». Todos los uniformes de la Home Guard tienen veinte pulgadas de cuello. […] En todas partes empieza a haber tiendas donde se venden camisas caqui «aptas para la Home Guard». Exactamente igual que en Barcelona, los primeros días, cuando estaba de moda pertenecer a la milicia.

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3-9-1940

Ayer hablé con la señora C., que ha vuelto hace poco de Cardiff. Los bombardeos allí han sido casi continuos hasta que por fin se tomó la decisión de que el trabajo en los muelles debía continuar con bombardeos o sin ellos. Casi inmediatamente después, un avión alemán se las arregló para soltar una bomba justo en la bodega del barco, y, según la señora C., hubo que «sacar en cubos» los restos mortales de siete hombres que trabajaban allí. Después se produjo una huelga en los muelles y volvió a adoptarse la medida de acudir a los refugios. Esas son las cosas que no llegan a los periódicos. Ahora se dice en todas partes que el número de víctimas de los últimos bombardeos, por ejemplo, en Ramsgate, se ha reducido al mínimo, lo que sulfura a la gente de la zona, pues no les gusta leer que no habido «apenas daños» cuando han muerto 100 personas, etc., etc. Me interesaría ver las cifras de víctimas de este mes, es decir, de agosto. Mi impresión es que si fuesen unos 2000 al mes dirían la verdad, pero que a partir de ahí las cifras estarían maquilladas.

Michael calcula que en su fábrica de ropa, un negocio pequeño regentado por una sola persona, el tiempo perdido por los ataques aéreos le cuesta 50 libras a la semana.

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7-9-1940

Las alarmas de ataque aéreo se han vuelto lo bastante frecuentes, y duran lo suficiente, para que la gente olvide si la alarma está o no en vigor en cada momento o si ha sonado ya la señal de todo despejado. El ruido de las bombas y los antiaéreos, excepto cuando suena muy cerca (probablemente a menos de dos millas) se acepta como sonido de fondo para dormir o conversar. Todavía no he oído explotar ninguna bomba con ese estallido que hace que te sientas personalmente implicado.

Según el discurso de Churchill, el número de fallecidos en los ataques aéreos en el mes de agosto asciende a 1075. Aunque sea cierto, es probable que sea una enorme subestimación, pues incluye solo a las víctimas civiles. El secretismo oficial con respecto a los ataques aéreos es extraordinario. Los periódicos de hoy informan de que cayó una bomba en «el centro de Londres». Resulta imposible averiguar en qué plaza fue, aunque miles de personas deben de saberlo.

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Una respuesta a “DIARIO DE GUERRA. 28 de mayo de 1940-28 agosto de 1941 (II)

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