Entremientras: «Ropas de armadillo» (V)
Miguel Rodríguez Muy de año en año y sin regularidad, Amelia recibía carta de los que una vez fueron sus padres. En realidad las cartas ni siquiera iban dirigidas a […]
Miguel Rodríguez Muy de año en año y sin regularidad, Amelia recibía carta de los que una vez fueron sus padres. En realidad las cartas ni siquiera iban dirigidas a […]
Miguel Rodríguez Muy a menudo, al salir del colegio, Tuyet me enseñaba las cartas de quienes fueran huéspedes hace tiempo, algunos de los cuales nunca llegué a conocer, pues su […]
Miguel Rodríguez Casi nadie decide ser huésped, eso es algo que a uno le sobreviene. En su caso, Darío aceptó ir sucediéndose a sí mismo como huésped, yéndose poco a […]
Miguel Rodríguez En las paredes de la galería colgaban múltiples láminas de animales que – de alguna forma que nadie cuestionaba – acompañaban o seguían a Amelia por la casa […]
Miguel Rodríguez En casa de Amelia las tormentas solían empezar en la habitación que llamábamos del siete, por su forma irregular, y con el paso de las horas se iban […]