Juan Patricio Lombera

CARTA XI
Hola:
Existe un tema que aún no he abordado y para el cual no me siento todavía preparado, pero que resulta ineludible en estas conversaciones epistolares sobre México; la política. Cuando yo era joven, vivíamos en una dictadura de partido; la dictadura perfecta como diría Vargas Llosa. Se trataba de un sistema diabólico en el que existían diversos partidos, algunos financiados por el mismo PRI, para dar la apariencia de pluralismo. Se podía medianamente criticar al gobierno desde algunas tribunas como Proceso y La Jornada o Radio UNAM, pero, en definitiva, cuando llegaba el día de las elecciones el PRI ganaba por las buenas o, muy frecuentemente, por las malas. El hecho de que la oposición no pudiese ganar curul alguno provocó diversas protestas como el 68 y alzamientos guerrilleros como los de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez en los años 60 y 70 en Guerrero y Morelos. Los gobiernos del PRI podían tener gran paciencia ante las protestas estudiantiles, pero cuando decidían actuar la solución siempre era la misma un baño de sangre. Así ocurrió el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971 conocido como el día de la matanza de Corpus.
En cuanto a los grupos guerrilleros se usó la tortura, ejecuciones clandestinas, desapariciones y vuelos de la muerte. La misma mierda que en toda Sudamérica. No obstante, el gobierno, a pesar de su brutalidad, se dio cuenta de que no podía permanecer un sistema en el que, por medio de una ley no escrita, la oposición no podía tener voz ni voto en las cámaras de diputados y senadores. Fue entonces cuando cambió el sistema electoral y se crearon las plazas plurinominales de congresistas. De esta forma, ya no se eligieron 196 diputados sino 237. Los 41 diputados que no eran elegidos directamente en la circunscripción salían de aquellos partidos que hubiesen tenido más votos en segundo lugar. No obstante, esos escaños extras no alteraban el resultado porcentual de la elección. Es decir un partido que había tenido menos diputados que el PRI en la elección directa no podía pasar verbi gracia de los plurinominales a ser la primera facción de La Cámara. Una vez me dijeron que, con ese sistema, habíamos imitado a los alemanes. No tengo los suficientes conocimientos para afirmar o negar esa opinión. Ahora bien, este tímido avance sólo buscaba acallar las críticas de falta de pluralidad. De hecho, vergonzosamente en la elección de 1976 sólo hubo un candidato; José López Portillo, conocido como “el perro” debido a su famosa frase: “defenderé el peso como un perro chihuahueño” que fue dicha una semana antes de una gran devaluación. Esa era la situación política de mi país cuando era un niño. No obstante, la incompetencia y corrupción del gobierno de López Portillo, político de corte populista, pero no asesino a diferencia de sus antecesores Luis Echeverría Álvarez y Gustavo Díaz Ordaz, aunado con la caída de los precios del petróleo condujeron a la primera gran crisis de la era moderna. López Portillo emocionado ante las subidas de los precios del petróleo en la década de los 70, no dudó en endeudar al país hasta en un 90% del PIB para desarrollar la industria petrolífera en México. Por supuesto, parte de ese dinero nunca llegó a destino debido a la gran corrupción del régimen. Cuando estalló la crisis, México se quedó con una deuda gigantesca, una inflación que llegaría al 100%, sin dólares y sin haber aprovechado el auge del petróleo. Las personas que tenían sus cuentas bancarias en dólares perdieron fortunas ingentes cuando el gobierno decidió transferir esas cuentas a pesos. No obstante, como no existía ninguna cultura democrática en el país, el régimen no tuvo problemas en convencer a los mexicanos de que esta vez sí las cosas iban a cambiar. El elegido para ejecutar la llamada regeneración democrática fue Miguel de la Madrid Hurtado. 10 años atrás, Echeverría había prometido la libertad de prensa, pero cuando Julio Scherer publicó una entrevista con el guerrillero Lucio Cabañas, el gobierno le urdió un complot capitaneado por la rata traidora de Regino Díaz Redondo que acabaría con su destitución. Pues bien, con la renovación moral ocurrió algo similar. En los primeros dos años del nuevo gobierno, el negro Durazo y el ingeniero Díaz Serrano fueron arrestados por corruptos. Sin embargo, estas medidas tan solo fueron una cortina de humo para distraer a los mexicanos ante la pésima situación de la economía cuya moneda alcanzaría una devaluación del 3100%. Otro factor que ayudó a la permanencia del PRI en el gobierno fue la nula cultura democrática del país. La izquierda decía que participar en las elecciones era una forma de legitimar la dictadura, mientras que en las casas de los ricos se consideraba de mal gusto hablar de política, amén de que nadie quería entrar en polémicas. En 1985, el temblor del 19 de septiembre que dejó decenas de miles de muertos se convertiría, dada la pésima gestión de la crisis, en el primer resquebrajamiento de la dictadura perfecta. La reacción del gobierno de la ciudad de México y del Federal fue lenta y estúpida. Toda esta mezcla de corrupción e incompetencia fomentaron el rechazo hacía el Gobierno y, más concretamente, hacia el PRI. El 31 de Mayo de 1986, Miguel de la Madrid inauguró el Mundial de Fútbol. La rechifla durante todo el partido fue brutal. Ni siquiera la censura de Televisa y canal 13 pudieron evitar que todo México notara la repulsa por más que bajaran el volumen ambiente. En 1987, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo propusieron que el siguiente candidato del PRI fuera electo mediante elecciones primarias en lugar del tradicional dedazo. La respuesta fue la expulsión de los dos políticos y la creación de una grotesca pasarela de pre candidatos en la que los 6 posibles futuros candidatos dieron en días alternos un discurso para apoyar su deseo de ser candidatos del PRI. Ese fue el único acto de proselitismo. Ni campaña, ni debates ni mucho menos elecciones primarias. Finalmente, Carlos Salinas de Gortari, político tecnócrata de mirada enloquecida, fue ungido por el dedo del presidente como candidato. Por su parte, Cárdenas y Muñoz Ledo aunaron a todos los partidos pequeños de centro izquierda, algunos partidos tradicionalmente satélites del PRI, en lo que se conoció como el Frente Democrático Nacional. La derecha, el Partido de Acción Nacional, presentó a su propio candidato; Manuel J. Clouthier, hombre bragado de aspecto campesino y hablar franco bastante resuelto. Participé en le elección como candidato a la cámara de diputados en el X distrito de México D.F. En la ciudad de México ganamos a lo grande con una ventaja de 2 x 1 con respecto a los otros dos partidos. Ni los mapaches ni los alquimistas del PRI con todas sus males artes y acarreo de votos consiguieron cambiar esa realidad. Pero en el resto del país, la cosa fue diferente. Destrucción de votos favorables a Cuauhtémoc Cárdenas, robo de urnas, amenazas a los representantes de la oposición, urnas embarazadas, votantes que acudieron a varias urnas, muertos que resucitaron para cumplir con su ejercicio democrático y un sistema informático que convenientemente se cayó formaron parte de esa aciaga jornada del 6 de julio en la que Cárdenas ganó para luego ser despojado por el mayor fraude electoral de la historia de México. Se podría hacer una enciclopedia con todos los términos que hacen referencia a las técnicas priistas para alterar los resultados. Operación tamal, el ratón loco, el carrusel son algunos de los más populares. La oposición organizo una resistencia civil pacífica, pero no sirvió de gran cosa. Mucha gente criticó a Cuauhtémoc por no haber aplicado una oposición más agresiva o, de plano, buscar un alzamiento popular. Sinceramente, creo que esas críticas fueron injustas, ya que dichas medidas habrían acabado en un baño de sangre. El ejército era completamente fiel a la dictadura. Los siguientes años, la economía pareció despegar y el país entrar en una nueva época. Eso sí, todo aquel que se opuso al presidente sufrió su ira. Joaquín Hernández Galicia alias “la quina”, líder sindical corrupto que coqueteó con Cuauhtémoc fue arrestado por posesión de un arsenal en su casa. Las armas fueron introducidas por los mismos agentes de la ley. Por otra parte, durante ese sexenio 300 líderes del PRD (partido heredero del Frente Democrático Nacional) fueron asesinados sin que jamás se averiguase culpable alguno. Para captar votos, el presidente creo el Programa Nacional de Solidaridad PRONASOL que consistía en dar dinero a las poblaciones humildes para que estas desarrollasen infraestructuras (escuelas, carreteras, casas) con su propio trabajo. La suerte acompañó al usurpador. Octavio Paz ganó el Nobel de Literatura, Lupita Jones ganó en 1991 la corona de Miss Universo y la selección de fútbol llegó a la final de la Copa América jugando al tú por tú contra Argentina. El presidente era premiado como hombre del año por prestigiosas publicaciones y la prensa mundial destacaba su labor al conseguir el tratado de libre comercio con Estados Unidos. Éramos guapos, inteligentes y llamábamos la atención de todo el mundo. El PAN, tras la muerte de Clouthier en un misterioso accidente de coche, pasó a ser dirigido por un político maquiavélico llamado Diego Fernández de Ceballos. Él supo aprovechar la debilidad del PRI y negoció la famosa concertacesión consistente en hacer la vista gorda ante los fraudes del PRI en aquellas zonas donde pudiera vencer el PRD a cambio de que el PRI dejase ganar al PAN en los municipios y estados donde estos tuvieran la mayoría de votos. No obstante, el 1 de enero de 1994 la ilusión de que pronto entraríamos en el primer mundo empezó a desvanecerse. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional tomó 5 municipios entre ellos la segunda ciudad más importante de Chiapas; San Cristóbal de las Casas. Yo había visitado 3 años antes el Estado y, salvo la presencia de guerrilleros guatemaltecos simpáticos pero inofensivos, nada hacía presagiar lo que se vino luego. Estaba pasando el año nuevo ahí y eso y el hecho de que hubiera hablado con guerrilleros en mi anterior visita sin saber que eran del EZLN provocaron mi arresto y, tras la intervención del mismísimo Cuauhtémoc, mi expulsión del país. 3 meses después, Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia era asesinado en el barrio de Lomas Taurinas, Tijuana. Ten en cuenta, mi querido amigo, que ser candidato del PRI a la presidencia era, en aquella época, ser Dios en la tierra. Al menos en México. La conmoción fue total, independientemente de las simpatías u odios que generara el PRI. Se dice que fue asesinado por querer cambiar realmente las cosas. Nunca sabremos si eso era así. Las desgracias continuaron. Seis meses después fue asesinado Francisco Ruiz Massieu, presidente del PRI. Todos estos asesinatos y violencia generaron un clima de terror lo cual, aunado a la descompensación de la balanza comercial por la mala gestión económica de Salinas y el error del presidente Zedillo, anunciando a los inversores que iba a devaluar la moneda, concluyó en la mayor crisis de nuestra historia, preludio de la caída del PRI tras 71 años de poder omnímodo. Cómo ves, la política e historia mexicana dan mucho de sí. Temo haberte aburrido, mas esta es una parte esencial de mi vida y del país. En la próxima carta intentaré ser más ameno. Recibe un abrazo y mis mejores deseos para el año próximo.