Miguel Rubio Artiaga
Cristo en el Limbo (1516)–Hieronimus Bosch
Vengo del Infierno
he visto girasoles grises
y jazmines negros.
Rosales carnívoros
que comían mariposas
con sus pétalos de rosas rojas
y que su espeso aroma
es a lo que huele un un cementerio.
Sauces que al llorar con sus ramas
emitían un sonido como lamento.
Nubes rojas que lloraban sangre
sobre campos donde solo el fango
crecía entre piedras que poco a poco,
se iban hundiendo,
para que al dejar de ser piedras
sumergidas en el barro
no quedase ni el recuerdo.
Piedras olvidadas
Piedras muertas.
Enterrados guijarros
para siempre ciegos.
Vengo del Infierno
de las estrellas rotas
y los planetas insumisos
que odian el Firmamento.
Que quisieran escaparse
de esas cadenas invisibles
con forma de elipse
que los mantienen presos.
Traigo el penar del abandonado
que lloraba espinas
y que de tanto llanto
un día se levantó ciego
con las cuencas de los ojos vacías.
Esa pena es la del que sabe
que no somos mas que una jauría
hecha de muerte atrasada
y harapos mendicantes de vida.
.
Se salta en la vastedad del tiempo como resaltado de su propio halo