María Paula Putrueli
Lo que debía ser una declaración de amor se ha convertido en un réquiem de una banal ilusión.
Ya no habrá un te amo, se realizará un trueque de la suave caricia por el golpe brusco de aquel que no sabe cuidar.
Esas miradas que alguna vez coincidieron no volverán a encontrarse.
Me he dado instrucciones precisas de recordarme, en cada amanecer y en cada atardecer, que ya no me siento enamorada, que todo ha sido un paso en falso.
No habrá más palabras de amor, las poesías serán austeras, no correrá más sangre por las venas pasionarias ni lágrimas que inunden las mejillas.
Si un jurado presionara en búsqueda de una confesión, aceptaré que te he amado más que a la vida misma, dejaré claro que te he soñado desde el día que conjugué mi primera respiración.
Me declararé culpable del amor más grande e imperfectamente perfecto de todos, y darán cadena perpetua a esa ingenua esperanza, que siempre estuvo esperando aquel te amo que no supo ser verbalizado.
Queda lo dicho, inmortalizado en papel, piel, carne, sangre y huesos, no podrá nunca ser olvidado, aunque saqueen los vestigios de mi memoria, allí permanecerá.
Toda mi humanidad, desde el día de la fecha, se abocará día a día, hora a hora, minuto a minuto, en la misión de dejar de amarte con esta intensidad que la embarga.
El cerebro, como un testigo encubierto, ha aportado a la causa un sinfín de razones, las cuales impregnan de fe a lo aquí confeso.
Aceptaré que te amé bordeando el abismo de la locura, fingiré sonreír sabiéndote ausente en mis noches.
Y no habrá confusión, desde hoy, declaro y confieso que mi corazón entero y despedazado, finalmente en un latido desgarrador, ha puesto punto final a esta historia de amor, que no supo ser lo que estaba destinado a ser.
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Sublime! me encanta esta obra y la escritora es una genia!