TODAS LAS CIUDADES

Miguel Rubio Artiaga







Todas las ciudades
son grises
y huelen extraño
como si la prisa
tuviera aroma.
Son grises
los espíritus
acelerados
de las aceras
cenicientas.
Hormigueros geométricos
hormiguero de hormigueros
lánguidos, tristes,
melancólicos.
Soledad de cemento
sin puertas abiertas
donde el silencio
no existe
en un reino de esquinas
y farolas encendidas.

En las ciudades
el gris se come el verde
bajo un azul deslucido
con el veneno vaporoso
difuminado en el aire.
Loto negro de muerte.
La sonrisa,
parece prohibida
nadie mira a nadie
ciegos de ojos sanos
y mirada perdida
en ninguna parte.
Cordilleras de hormigueros
las hormigas en fila
pastoreadas
por semáforos dominantes
y egocéntricas señales.
Un solo rebaño
con marcas diferentes
y distinta lana
pero siempre
al llegar su tiempo
las esquila
el mismo amo.

Las ciudades
son campos de batalla
llenos de muertos
en combate.
Pobres corredores dementes
que sin saberlo
siguen galopando,
prisa, prisa, prisa,
como raudos cadáveres.

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