Ítalo Costa Gómez

La existencia es hermosa. Con todo y sus cosas; con las injusticias y el dolor. Es hermosa desde su concepción hasta su enigmático final.
Todos tenemos creencias distintas. Yo creo en Dios y no cabe duda en mi corazón de que después de este viaje hay algo mejor, un lugar diferente y más hermoso. Sin embrago, no tengo certeza científica de ello. Es mi fe. Es esperanza.
Lo que sí es cien por ciento cierto es que la vida es demasiado corta. La verdad es que en unos años ya no estaremos ninguno de nosotros para quejarnos de nada.
Intento no tomarme a mí mismo muy en serio porque así mis problemas son más pequeños. Cuando te sientes muy importante todo tiene un peso sobredimensionado que te enferma y retrasa. El ego nunca te da el enfoque correcto.
Intento no tener afán de control porque al pretender tenerlo no puedo fluir. Creer que uno tiene el poder de manipular las situaciones en realidad nos hace esclavos de ellas.
Intento poner límites así me cueste la presencia de algunas personas importantes. Decir que no a ciertas circunstancias me ha traído mucha paz en los últimos tiempos. No estoy aquí para satisfacer deseos.
Intento ser flexible porque no soy dueño de casi nada, mucho menos de la verdad.
Intento expresar siempre mis emociones por el bienestar de mi cuerpo y espíritu.
Intento escuchar a mi cuerpo y darle los descansos que necesita. Procuro darle a mi alma la tranquilidad que necesita para escribir y para transmitirle esa serenidad a mi madre y hermano.
Intento no recordar con tristeza o rencor a nadie. Lucho para entender que todo es cíclico y que los trabajos y personas en mi camino tienen su momento de llegada y partida. El fin de esos ciclos no es culpa de ellos ni mía.
Intento quererme mucho. Entenderme y amarme como soy. Si no me amo nadie será capaz de llenar mi ansiedad de cariño.
Intento que este viaje de la vida sea lo más bonito posible. Intento ser agradecido.
Intento tener ganas para intentarlo todos los días.
Voy a disfrutar de mi vida porque tengo poco tiempo. Así sean cien años es muy poco tiempo. Voy a exagerar la alegría que provoca el aroma del café recién hecho, la sensación de resaca que deja el ron, los regalos dulces de mi mamá, la risa hermosa de mi hermano, la sensación que me invade cuando termino un relato… Voy a disfrutar de cada instante de mi vida.
Vamos a disfrutar de cada instante de nuestra vida, irreverentes amados.