Miguel Rodz

estoy cerca
pero aún no he llegado
voy detrás de uno que va discutiendo
con la mujer
quizás
solo
el perro
nos ve pasar
somos muchos
yo soy uno de ellos
uno de esos de mirada melancólica
– el perro no yo –
de los que te llevarías a casa
y con el que verías la tele en el sofá
hasta las tantas de la mañana
él no piensa en la tele
no espera nada
no se queja ni se duele por nada
sólo trata de cruzar
hace un avance
otro
un intento más
ahora no
viene muy deprisa espera
vete patrás hostia que todavía te van a atropellar
espera tranquilo
no estaría mal
la tele y eso
alguien con quien discutir
algo
a una parte hay un desguace de coches
luego un colegio y un aserradero
en medio sólo la carretera
él hace un amago de dejar la cuneta
y escabullirse por fin
entre coche y coche
pero tiene miedo
adelanta una patita
la quita
mira a un lado
al otro
hay demasiados lados
yo estoy en uno de ellos
reduzco la velocidad
me acerco procurando no atropellarle
él se queda justo al borde
calculando
un golpe sería fatal
esperando su oportunidad de ir
al otro lado
tiene buena pinta
aunque no sé lo que hay
creo que él tampoco
pero sí sé que he estado en alguno
de esos otros lados
sean los que sean
siempre hay tantos
cruzando saltando calculando
enseñando la puta patita
hasta las tantas de la mañana
salir del desguace
yo quiero que cruce ya
echo pestes a los otros conductores
los maldigo
mientras sigo conduciendo
con los ojos a su altura
tan melancólicos
casi diría que los conozco
sólo un instante
y fijo los míos en el retrovisor
cruza ya hombre
por favor
mientras me aproximo a un cruce-rotonda
múltiples direcciones
aunque yo ya sólo miro hacia el perrito
igual se escapó del desguace
qué hay después de cruzar
unos pocos metros y ya casi estoy
tan cerca
aún no he llegado
creo que sigo ahí
con el perrito
me da igual dónde indique este cruce
la puta rotonda de todos los días
yo sólo quiero ir allí
más allá
al otro lado
a la hora que sea
dejar de amagar
encontrarme con el perrito
y mirar el cielo
hasta las tantas de la mañana