Francisco José Segovia Ramos

Alexander Bogdánov no fue un escritor muy prolífico en ciencia ficción. De hecho, solo escribió dos novelas de este género, y optó más por los ensayos de filosofía y política que por la mera especulación fantástica.

Tal y como se señale en la portada del libro, Estrella roja puede encuadrarse dentro del género steampunk: ese en el que nos encontramos mundos futuros que han avanzado no con la electricidad o el petróleo, sino con el carbón.

Muy cercana, en sus planteamientos narrativos a la obra de Verne o Wells, Estrella roja toma un camino diferente apenas comenzada la historia. Esta se desarrolla en su mayor parte en Marte, planeta habitado por criaturas humanoides mucho más avanzadas que los seres humanos en casi todos los sentidos, y que explicarán al protagonista, llevado hasta allí en una nave movida por anti gravedad, los fundamentos de su sociedad, claramente comunista.

Aquí es donde Bogdánov da rienda a sus planteamientos políticos, que le llevaron a enfrentarse a Lenin, aunque inmersos en la misma ideología socialista que impulsaron al fundador del estado soviético. Marte es más avanzado que la Tierra porque ha conseguido superar la lucha de clases e implantado un sistema igualitario y justo. Así, a lo largo de los capítulos se nos van explicando cómo funciona la educación, la cultura, la creatividad, la industria o el comercio.

Muy acertada en multitud de aspectos no hay que dejar de reseñar que algunos de sus planteamientos pueden parecer hoy en día caducos o sobrepasados por los hechos históricos, pero es algo que ocurre con casi cualquier novela o relato de ciencia ficción que se precie: ningún autor pretende acertar en sus pronósticos del futuro, y Bogdánov no es una excepción, aunque es cierto que plasma sus ideas sobre una sociedad casi perfecta en esta novela contundente y que se lee con fluidez.

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“ESTRELLA ROJA”, de Alexander Bogdánov. (Nevsky Prospects, 2010)