“EL HOMBRE SIN ALMA”, de Manuel Díez Román

Francisco José Segovia Ramos









El hombre sin alma, de Manuel Díez Román bebe, sin lugar a dudas, del steampunk, ese subgénero de la ciencia ficción que se desarrolla en mundos alternativos donde el vapor es la energía dominante, el carbón sustituye al petróleo y lo decimonónico se funde con lo futurista.

Así, con estas premisas, Manuel Díez nos lleva a una España envuelta en la magia del steampunk, que lucha todavía por mantener su imperio frente a las amenazas de otras potencias, y donde el viaje por el aire con globos y dirigibles es el pan nuestro de cada día. También los traslados en coches de vapor y la maquinaria inteligente en forma de androides poderosos y convertidos en armas de destrucción.

El hombre sin alma se desarrolla, ya se ha dicho, en España, fundamentalmente en la ciudad de Granada (aunque también aparecen La Habana, Cádiz y Madrid), eje de una trama entre novelesca y aventurera, en la que el personaje principal, Ventura, se enfrentará a asesinos del estilo de Jack el Destripador, mujeres fatales e, incluso, monstruos surgidos de abismos primigenios, con la ayuda de brujas, magos y monstruos nacidos de sortilegios mágicos.

Con un estilo adecuado a la hora de narrar una historia básicamente de aventuras, Manuel Díez elabora una trama compleja que envuelve a los protagonistas y que, como no puede ser de otra manera, tiene varios giros inesperados que, no dudamos, sorprenderán al lector, por muy avezado que esté en los trances narrativos.

El hombre sin alma, por concluir, forma parte ya de la literatura española que se sumerge en un subgénero tan difícil y, a la vez, tan apasionante, como es el steampunk.

EL HOMBRE SIN ALMA”, de Manuel Díez Román (Saco de Huesos Ediciones, 2019)

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