CARTAS CHILANGAS (XXV)

Juan Patricio Lombera









Carta XVII

México, ciudad del gran poder, 31 de enero de 2019

Termina, como sabes Baltasar, un ciclo de nuestras vidas para comenzar uno nuevo. De igual manera, los moradores de esta antigua laguna creían en los principios y finales y cada 52 años, en el cerro de la Estrella, realizaban el ritual del fuego nuevo donde quemaban sus posesiones. Además, superponían una edificación nueva al Templo Mayor.

El 2 de julio del año 2000, creímos los mexicanos que comenzaba un tiempo nuevo que nos llevaría a un tiempo de prosperidad y felicidad, El primer anuncio del fin llegó en 1997. Por primera vez en la historia de México, la izquierda se hacía con una plaza fuerte. ¡Y qué plaza! Ni más ni menos que la capital del país, cuyo primer alcalde electo democráticamente sería Cuauhtémoc Cárdenas. Supongo que para él esta victoria representó un premio de consolación después de lo ocurrido en 1988. Por otra parte, el PAN obtuvo varias gubernaturas entre ellas la de Nuevo León cuya capital es la industriosa Monterrey y Querétaro. Sin embargo, lo más importante de 1997 fue que el PRI perdió la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Se acabó la imposición. A partir de ahora, el informe presidencial dejaría de ser el día del presidente para convertirse en un acto de rendir cuentas, donde tendría que escuchar las críticas de la oposición. Hasta ese momento, la oposición solo tenía derecho a pronunciar un discurso antes de que llegara el tlatoani. Una vez éste hacía acto de presencia en el palacio legislativo, sólo él tenía derecho a hablar durante las siguientes 4 o 5 horas. Al final del acto, un miembro de la bancada mayoritaria -o sea del PRI- le interpelaba. Pero esta última fase tan sólo se usaba para alabar la sabiduría del líder y de sus medidas.

3 años pasaron y llegó el histórico triunfo de Vicente Fox. Sus primeros pasos fueron acertados. Relanzar el diálogo con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y negarse a apoyar la guerra ilegal contra Irak. No obstante, la economía no creció al ritmo esperado y, en materia democrática, Fox demostró no ser muy diferente a los priistas cuando intentó meter a la cárcel al líder de la izquierda y favorito de las encuestas Andrés Manuel López Obrador. Una campaña sucia y un más que dudoso proceso electoral, en palabras del propio candidato priista Roberto Madrazo, consiguieron evitar que AMLO llegara al poder en 2006. El nuevo gobierno, también del PAN, dirigió su quehacer a combatir el narcotráfico que los anteriores gobiernos (Salinas, Zedillo y Fox) habían descuidado. El problema fue que, en ese momento, el armamento del ejercito era muy deficiente en comparación del de los narcos. Tampoco existía, como en Colombia, un bloque de búsqueda especializado en la lucha contras los delincuentes. Por último, el ejército obtuvo carta blanca para hacer toda clase de tropelías con total inmunidad, amén de las propias de los delincuentes. Resultado; decenas de miles de muertes cada año. Por si fuera poco, quizá sepas que en los últimos días el hombre fuerte de Calderón, el encargado de la coordinación de la seguridad, ha sido encarcelado en Estados Unidos por ser cómplice del narco. Ese hombre, Genaro García Luna, fue el responsable del enturbiamiento de las relaciones mexicano-francesas, pues arrestó a una ciudadana cuyo novio era un delincuente y secuestrador. Reconozco que en un primer momento creí en su culpabilidad, pero cuando salió a la luz la noticia de que la transmisión en directo del supuesto arresto había sido todo un montaje y conociendo como se las gasta la policía mexicana en sus averiguaciones, cambié de opinión.

Genaro García Luna está en el infierno. Lo que está por ver ahora es si no arrastra a Calderón en su caída. El gobierno de éste, en materia de seguridad fue tan nefasto, que ya en el año 2009 su partido sufrió un importante revés en las elecciones legislativas de medio término. Por si fuera poco, la crisis que México capeó mejor que muchos otros países, tampoco ayudó. Para 2012, todos sabíamos que un nuevo partido llegaría al poder. No obstante como AMLO había cansado a los mexicanos con sus protestas por el fraude de 2006, creándose una imagen de radical, los ojos de los electores se dirigieron al eterno PRI que puso a Enrique Peña Nieto, un candidato guapo, pero bastante ignorante. Famosa es su entrevista en la FIL de Guadalajara donde, al ser preguntado por 3 libros que lo hubieran marcado dio una respuesta penosa, haciendo dudar a los espectadores que hubiese leído siquiera un libro en su vida. En aquellos días circulaba un chiste que decía “mi abuela me decía: si no lees vas a dar pena nieto”. Cualquier esperanza de ver un PRI regenerado tras 12 años de dieta de poder se desvaneció cuando salió el escándalo de la Casa Blanca valuada en 17 millones de dólares que la primera dama compró con sus ahorros de su época de actriz de telenovelas en Televisa. Si tenemos en cuenta la mala fama de la cadena de televisión en lo concerniente a los salarios de sus actores, el conseguir esa cantidad de dinero hacen a la gaviota digna de dirigir los destinos económicos del país. ¿Qué digo la secretaría de Hacienda? Esa mujer se merecía el premio nobel de economía, pero ya sabemos que la academia sueca es muy machista y racista. Por eso no le dieron el premio. ¡Qué injusticia! Resumiendo, lo que vimos en el sexenio 2012-2018, fue el retorno del viejo PRI; tramposo, corrupto e incompetente. Amén del tan mencionado escándalo de la Casa Blanca, Peña Nieto puso a la venta los yacimientos de petróleo y, aunque las ventas no se fructificaron, pues en ese momento los árabes decidieron bajar los precios haciendo poco rentable el fracking, ese acto constituyó toda una traición a la patria y la violación de un mandato sagrado para todos los presidentes. La violencia de los narcos y los militares continuó en ascenso, teniendo uno de sus momentos más trágicos con la masacre de 43 estudiantes de Ayotzinapa. Para colmo de males, la llegada de Trump con sus baladronadas y la respuesta timorata del presidente indignaron aún más a los mexicanos. Con todos estos antecedentes, y tal y como dijo Múgica, era lógico que los mexicanos miraran hacia la izquierda una vez que se habían quedado insatisfechos con la derecha y el supuesto centro.

¿Quién es López Obrador? Para algunos un payaso de corte madurista que va a llevar al país al desastre. Para otros el mesías que va a resolver todos los problemas. ¿Qué sabemos de él? Sabemos que vive en un barrio humilde de la ciudad de México. También sabemos que es terco como una mula. Una vez que toma una determinación es muy difícil hacerlo cambiar de parecer, por más que así lo sugieran las circunstancias o sus asesores. Sabemos que conoce el país como ningún otro político. Parte de su éxito consistió en sembrar a largo término. Durante sus doce años de campaña electoral e incluso antes, él se dedicó a visitar toda clase de pueblos donde hubiese una docena de personas dispuestas a oírlo. Con el paso del tiempo esas plazas se llenaron de miles de mexicanos. Sabemos que es terco como una mula. Prueba de ello sus 3 campañas electorales, pese a sus problemas coronarios. Aparentemente, él cree en su capacidad mesiánica para mejorar las cosas lo que, como entenderás, no es nada bueno para el país. Por ahora, ha fracasado rotundamente en la lucha contra la violencia. Si los índices estaban altos con Peña Nieto, él ha superado el récord. La marcha de la economía no va bien, en parte por la guerra comercial y en parte también por la desconfianza que genera en la oligarquía. En ese sentido, el hacer descarrilar el proyecto del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México no generó ninguna confianza, Cierto, los terrenos de alrededor se habían vendido a unos cuantos afortunados a precio de risa fruto de información privilegiada. Más interesante me parece el argumento que leí de unos supuestos investigadores de la UNAM (ya no se sabe ni qué creer), en el sentido de que ese proyecto acabaría con el lago de Texcoco que fue rehabilitado en la década de los 80 para evacuar excesos de agua de la capital y evitar inundaciones. Puedo entender la anulación del proyecto, pero la forma en que lo hizo con un referéndum exprés no es la forma. El aumento del salario mínimo es una medida de justicia, no solo aplaudida por los trabajadores mexicanos sino también por los sindicatos americanos y canadienses. Era imposible competir contra salarios de hambre. Sus programas sociales, mediante el recorte de la administración pública pueden ser polémicos. Pero está claro que los ancianos, principales beneficiarios, lo necesitan. Según me dice un amigo entendido en economía, sus presupuestos están balanceados que es lo que hay que exigirle al presidente. Llevamos ya 25 años desde nuestro último gran desastre económico-financiero y, aunque eso solo atañe a la macro economía, esa labor se ha hecho bien desde los tiempos de Zedillo. En PIB estamos detrás de España en posición 15 cuando antes estábamos 5 ó 6 posiciones por detrás. Todas las esperanzas del gobierno, están puestas en la ratificación del nuevo tratado de comercio con Estados Unidos y un ambicioso proyecto de obras mixtas (públicas y privadas) con el fin de que el dinero vuelva a moverse. Independientemente de cómo me caiga AMLO, espero que acierte.

Una de las cosas buenas que he oído acerca de él es que si se está combatiendo la corrupción. Ojalá sea cierto. Como ya te mencioné en alguna conversación, este gobierno se medirá por 3 varas: 1) la violencia, 2) la corrupción y 3) el nivel de vida de los mexicanos. Termino con una pregunta. ¿Qué le depara el destino a México? Sólo Dios sabe. Un fuerte abrazo

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