José Pastor González

bebiendo en un bar de barrio
una noche de un invierno cualquiera
a esas horas que nunca pasa nada,
mirando la televisión o a las musarañas
esperando
que llegue la hora
de irse a casa
a cenar o a dormir
o a seguir mirando la televisión o las musarañas.
Gente corriente
resistiendo día y noche
sin ninguna heroicidad
ellos son los que tienen todas las razones
para amar
y todas las papeletas para hacer
el trabajo sucio
Del libro «El ruido de los cuerpos al caer» (Groenlandia)