Nexo de unión

Francisco José Segovia Ramos

 

 

 

 

 

Nos encontramos todos los días. Ella es la mujer más bella que he conocido, y la amo con todo mi corazón. Sofía siente lo mismo por mí. Creo que si la perdiese no podría seguir viviendo.

Nos encontramos todos los días en un lugar concreto: en el único lugar preciso en el que podemos vernos. Más allá de ese punto no existe sino el vacío de la existencia para ambos.

Nos encontramos todos los días; desde el primero en que coincidimos por casualidad, casi como si el destino nos hubiera hecho llegar a la misma hora y a consecuencia del mismo experimento. A partir de entonces seguimos citándonos sin falta.

Nos encontramos todos los días, y entonces nos acariciamos, nos besamos y nos amamos con la furia desenfrenada del que sabe que sus días son cortos y sus noches muy largas, y de que en cualquier momento todo puede desaparecer.

Nos encontramos todos los días… en el vertiginoso nexo de unión de nuestros dos mundos paralelos. Más allá del mío yo moriría; más allá del suyo, Sofía fallecería. Solo en el punto de intersección, minúsculo y vibrante como una cuerda de violín, nos podemos ver y sentir.

Nos encontramos todos los días. Y, mientras estamos juntos, nuestros mundos siguen girando, impasibles a nuestro amor sin fronteras.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.