Todo cambia

Miguel Rubio Artiaga

 

 

Todo cambia,
nada permanece
nada es lo que fue
ni lo que será
cuando llegue su muerte.
La madera de los bosques
convertidos en escultores
se transforman en campanas
corriendo cual arroyos de lava
entre cauces de crisoles.
Cambian los sueños niños
cambian los sueños mayores
siguiendo la danza derviche
del Vals de los Girasoles.
Las imágenes de los espejos,
las amantes que fueron amadas
y en los floreros de porcelana
marchitan las degolladas flores.

Todo cambia,
nada permanece
siempre marcando el ritmo
el ocaso y el orto de los soles.
Cambian los pareceres
las pasiones y sentimientos
las ilusiones y esperanzas
por cambiar, cambian hasta los dioses.
El destino, los amigos,
las calles y las plazas,
el Firmamento mismo
y como queriendo burlarse
también los horizontes.
Cambian los paisajes
la moral y los viejos refranes
funerales y tradiciones,
las ventanas se cierran y abren
para ver que lo único que sigue igual
son las injusticias del hombre.

 

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