Editorial Cuadernos del Laberinto

La poeta Manuela Ipiña acaba de presentar en Bilbao el libro “Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte” (Editorial CUADERNOS DEL LABERINTO. Madrid, 2015), que en tan solo 1 mes ha logrado situarse entre los títulos más vendidos de poesía y llegar a su segunda edición. Manuela crea sus versos desde la cotidianidad de una mujer del siglo XXI. Ella siente y escribe; ella trasmite y los lectores creemos en su voz.

Cuando se abre “Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte” y se empieza a leer cualquier poema al azar, el lector percibe sinceridad, honda cercanía y la presencia de la vida entrelazada en las palabras. Ipiña sabe, además, mezclar visiones surrealistas o toques descuadrados con situaciones reales advirtiéndonos a cada página que la vida real supera, siempre, con creces la ficción.

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Dígame, si tiene a bien,

qué hacen con el amor

dispuesto a liberarse.

Si también se libera

y el precio que les paga.

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“Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte” navega por los mares del desamor, del conocimiento arduo de uno mismo y de las injusticias sociales. Manuela Ipiña sueña con la utopía, pero sabe también el precio que se paga por la mentira.

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Me rendí al final.

Decidí abrir la puerta de todas las verdades.

Encontré a las mentiras disfrazadas de carnaval.

Decidí sonreír y seguir caminando

con dientes de acero inoxidables de lluvia.

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“Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte”, una voz joven que llega para enseñarnos que abrir puertas y nuevos libros siempre es un buen paso para un futuro mejor.

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La poeta nos ha recibido tras la presentación de su obra en FNAC Bilbao y hemos podido charlar con ella:

«Me inspiro en las cosas que suceden a mi alrededor en el día a día. Situaciones que veo, en mí o en otros, que reviven en mí determinados sentimientos, vivencias o preguntas.»

P.:¿Es cierto que la poesía vuelve a estar de moda entre el público joven?

 R.: Creo que sí. La gran desconocida está llegando a más personas y entre ellas al público más joven. Es un terreno tan personal, diferente y creativo que no me sorprende. Una vez que se tiene contacto con él, con la poesía (sobre todo la contemporánea), para muchos ya no hay vuelta atrás.

 P.: ¿Cuáles son sus inspiraciones, sus temas más tratados en su poesía?

 R.: Me inspiro en las cosas que suceden a mi alrededor en el día a día. Situaciones que veo, en mí o en otros, que reviven en mí determinados sentimientos, vivencias o preguntas.

La mujer y su situación en el mundo es un tema que me apasiona, las incoherencias que se dan en la vida cotidiana y los condicionamientos a los que todos estamos sometidos en mayor o menor medida, tratando de “despertarme” en el poema o poniéndolos sobre la mesa.

 La libertad, el miedo y el amor son también ejes principales, siempre asumiendo la responsabilidad de cada uno con su vida y en lo que hace. Abordo también temas sociales o reivindicativos, buscando en ellos también la parte protagonista que nos toca a cada uno con todo aquello que sucede. En ese sentido, trato de remover la conciencia de quien lea, de hacer conscientes asuntos que la mayoría de nosotros no vemos.

 P.: ¿Qué se siente esos emocionantes momentos de conexión con el público durante la presentación de sus poemas?

R.: Yo siento mucha energía, alegría interna, ganas de trasmitir, cercanía hacía las personas que te escuchan y miran, que te dedican parte de su tiempo porque quieren.

Me siento muy halagada y por otra parte muy agradecida. Es una oportunidad única de compartir tu verdad. Todo esto hace que los nervios vayan aflojando y se cree una atmósfera muy especial.

  P.: Leyendo “Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte” se puede sacar la impresión de que usted ha sufrido mucho con el amor.

 R.: Eso me han comentado algunas personas. Yo no siento que haya sido así. Me considero una persona afortunada, en el amor también. Ello no significa que no haya tenido relaciones que han empezado y terminado, y que no haya vivido el duelo por las mismas, que  es algo inevitable. A menudo, muchas personas me dicen que se sienten totalmente reflejadas en ese tipo de poemas. Es un asunto muy delicado y sensible, por eso cuando se habla de ello sin tapujos, con aceptación y sin orgullo, diciendo las cosas como son,  puede sacarse esa impresión. Hoy en día parece que no nos gusta hablar del dolor de manera tan desnuda y para mí es lo que ayuda a que crezcamos y salgamos adelante, queriéndonos hasta en esos momentos de manera incondicional.

Por otra parte, en este campo también trato de hacer ver la responsabilidad que uno mismo tiene en la elección, mantenimiento o al fin de sus relaciones sentimentales. La idealización, las mentiras que uno mismo se cuenta, todos los asuntos que a veces tapamos haciendo del amor de pareja el centro de nuestra vida. Como digo en el poema “Incontinencia”, es más fácil llorar si tu pareja se va, o por un amor no correspondido, que por todas las cosas y situaciones que condicionan tu vida y no puedes cambiar. Desde la situación del mundo actual a los condicionamientos de todo tipo a los que todos estamos sometidos, en mayor o menor medida. En ese sentido, considero al amor de pareja como una evasión.

 P.: Ha llegado a la segunda edición en apenas 1 mes. ¿Escribe pensando en el público?

 R.: Escribo sobre lo que me remueve en un momento concreto. Las preguntas que me hago, las incoherencias que detecto, sentimientos actuales o pasados, míos o de terceras personas, lo que me llena, lo que no, lo que me reconcilia con el mundo y la vida, lo que no.

Lo que me duele, lo que amo, lo que me toca el corazón. Cuando escribo sobre ello, sí intento hacerlo desde un punto de vista constructivo, que anime y empuje, que aporte ganas de vida y empodere. Desde ese punto de vista sí tengo en cuenta que el poema después va a ser leído, para empezar por mí.

Me está llenando mucho el hecho de que bastantes lectores me comenten después que mis poemas les animan, les dan fuerzas y les parecen un derroche de sinceridad con uno mismo. Creo que es una de las razones de que el poemario esté siendo tan bien acogido.

 P.: ¿Está ya embarcada en otro poemario?

 R.: Continúo escribiendo y organizando lo que escribo. Tengo ya bastantes poemas inéditos que me gustaría que fueran parte de mi próximo poemario. Incluso ya he pensado el título, qué portada tendría, qué quiero contar y la idea del poemario en global, pero ese es un secreto que me guardo de momento.

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 Manuela Ipiña (Bilbao, 1978) estudio Derecho y se especializo en Recursos Humanos. Ha trabajado en diversos sectores industriales y actualmente compagina el trabajo con su formacion como Terapeuta, campo que le apasiona. En el año 2013 comienzo sus estudios sobre Terapia Corporal Integrativa y actualmente continua formandose como Terapeuta Gestalt. Todo esto ha hecho que en su vida exista un antes y un despues y que se hayan abierto nuevas puertas en su camino, como es, en este caso, la poesia.

Ha participado en diversas revistas literarias y colaborado en diferentes espacios dedicados a la difusión de la poesía. También ha asistido a diversos encuentros poéticos como Edita (Punta Umbría), Voces del Extremo (Logroño) y recitales variados en torno a la poesía.

También escribe micro relatos que reflejan los pequeños matices que pueden pasar desapercibidos, las experiencias vividas y los conocimientos adquiridos en el campo del auto conocimiento personal.

Para Manuela escribir es una manera de contar y hablar sobre vivencias y sentimientos que son universales y que todos hemos vivido. Es revivir lo vivido, aceptarlo y amarlo.

Le gusta escribir sobre temas sociales y cotidianos, intentando llegar al terreno de los sentimientos y de la consciencia. Confiesa que para ella, el amor es uno de los ejes principales.

Manuela es una buscadora, bailarina del viento, sedienta de luz que va reencontrándose una y otra vez, y su vida se multiplica de colores a cada paso. Sabia, valiente, guerrera, maga… presente y consciente.

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