Fernando Morote

Città futurista (1939)-Tullio Crali
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Semanas atrás oí una conversación entre dos hombres maduros, uno parecía oficinista y el otro comerciante. “Un buen reloj te da personalidad”, dijo el primero. Un auténtico canalla, sin duda. “Cómo se puede ser tan imbécil”, pensé. Mi sorpresa fue inmediatamente azotada por otro latigazo intelectual cuando el compañero respondió: “Lo que de verdad te eleva de categoría es viajar en un crucero por el Caribe”. Los peligros de la libertad de expresión son ínfimos, comparados con la capacidad de decir idioteces que tienen algunos seres humanos.
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