Estefanía Farias Martínez

The Funeral Party (1953)-L.S. Lowry
I
No. 21
—Una ciudad sin pobres en las calles es mucho más agradable, se ve todo más limpio. Los turistas lo agradecen.
—¿Y qué quieres que hagan con los pobres?
—Lo que ha hecho el alcalde de mi ciudad: subirlos a un autobús y mandarlos al pueblo más cercano.
II
No. 17
Su fama como gurú de pensamiento positivo iba en aumento. Le habían entrevistado para una revista de amplia difusión, se ofrecía gratuita en los supermercados. Él sabía que sería un importante golpe de efecto.
III
No. 13
Poco antes de casarse su suegro murió; ya estaba muy enfermo cuando le notificaron el casamiento y no llegó a la boda. La herencia era un capital pequeño, unas tierras baldías y dos propiedades, dos casas. Él consideró que las casas eran lo más valioso. Los seis hermanos de su mujer estaban pasando por penurias económicas y se sintieron atraídos por la posibilidad de recibir dinero en metálico. Además uno de ellos quería disponer de las tierras para criar abejas y él convenció a su mujer de que aceptara las casas cediendo su parte del capital. Seguro de haber hecho un negocio redondo, se sintió satisfecho. Meses más tarde, cuando comprobó el estado de las viviendas, fue consciente de que la sabiduría del pobre superaba con creces la suya.
IV
No. 12
Elegir una carrera exige pensar mucho, sopesar aptitudes, saber qué quieres hacer. Por eso ella eligió la carrera que su padre quiso a cambio de una moto.
V
No. 10
El teatro era una herencia de familia, cerrado hacía tiempo, nadie estaba dispuesto a hacerse cargo de la propiedad ni a cederla. Fue un hecho causal o una maniobra del destino. Una noche ardió y aquel edificio, declarado patrimonio nacional, al extinguirse entre las llamas permitió la venta de los terrenos y el reparto de los beneficios. Todos pensaban en él como sospechoso y él sospechaba de todos ellos, nunca se supo lo que ocurrió ni nadie preguntó.
VI
No. 8
Su primer viaje a USA le llenaba de angustia. Sólo iba a asistir a un curso, pero ya le habían advertido que su aspecto le traería problemas. Desde los 18 se afeitaba la cabeza porque empezó a sufrir de alopecia nerviosa; en los últimos meses decidió dejarse barba para parecer mayor; tenía los ojos negros, un físico mediterráneo y una afición desmedida por las chilabas. Aunque lo que comprometía su situación por encima de todo era su expresión de culpable aterrado.
VII
No. 5
El niño necesita una fe de soltería, pero está demasiado ocupado para venir a buscarla. Después del disgusto que se llevó su madre con lo de la boda, por lo menos podía haberse acercado. Que si… pobre, cómo va a hacer la mili de chofer del general si aprobó el carnet a la décima. La madre, temiendo que el niño pasara toda la mili en un calabozo, lo mandó a hacer la objeción de conciencia en el instituto Cervantes, en Londres. Pero cuando sonó el teléfono y el niño anunció “mamá, me caso”, la madre se desmayó. Ella nunca se arrepentirá lo bastante de aquella estúpida idea.
VIII
No. 3
Ella siempre soñó con una brillante carrera y un ático en Manhattan, pero cuando llegó el momento, eligió el matrimonio. “Un hijo compensa todo”, pensaba. O se consolaba pensándolo.
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