Fernando Morote

Mia madre legge il giornale (1922)-Ivo Pannaggi
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Cuando abrieron el ataúd para acercarse a darle el último adiós, no tuve el valor de hacerlo. Las piernas me temblaban, veía borroso y sudaba copiosamente. Uno de mis tíos me ofreció un vaso con agua. No lograba sacar de mi cabeza la escena: mientras yo hablaba por teléfono, ella había querido trasladarse del comedor a la cocina; en el breve trayecto se enredó los pies con la alfombra y cayó de bruces sobre el piso. Estuve a punto de patearla en el estómago por interrumpir mi llamada con el traficante. Mi abuela se fue de este mundo sin concederme su perdón.
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