LA VIDA EN MICRO (efectos de una averración salbaje) (XXXV)

Fernando Morote

Incendio cittá (1925)-Gerardo Dottori




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Cuando me pillaron haciendo eso, se armó un escándalo que no quiero ni recordar. Si hubieran podido meterme preso, con seguridad lo habrían hecho. Pero mis actos, al menos por entonces, no estaban tipificados como delito. Por lo tanto, no recaía sobre mí sanción legal posible. ¿Cuál fue mi ofensa? Todavía lo estoy averiguando. El caso es que de ciudadano aceptable muté a paria desechable. La santurronería es el emblema de la hipocresía. A veces pienso que a lo mejor me conviene más un encierro voluntario o el destierro obligado.



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