José Pastor González

tal día como hoy hace doce años encontraron muerto a El Náufrago nunca supe su nombre pero así era como le llamábamos en el barrio a mí me parecía un personaje huido de un relato de Jack London con ese gorro negro de viejo pescador por donde le asomaban las greñas con la barba negra dura y espesa y la cara cuello y brazos requemados y curtidos por la calle y el patio. todavía le recuerdo rebuscando como un gato en los contenedores de basura y siempre atento alerta como una araña a lo que caía a los descuidos a los pardillos… de cualquier parte podía sacar algo para ir tirando ya fuera algo de tabaco un mechero unas gafas de sol un teléfono móvil una caja sardinas en el mercado o unas cervezas del camión de reparto de la Cruz Blanca. estaba jodido pero no parecía un tipo derrotado y no parecía un tipo que se dejará vencer por el desánimo la pobreza o el fracaso. no paraba en todo el día buscándose la vida con total indiferencia. parecía un buen tipo al que la mala fortuna le había agarrado en algún momento de la vida y ya no le había soltado le costaba sonreír pero no parecía amargado intratable o mosqueado con el mundo. era flaco afilado y la lucha diaria le había acerado y sabia defenderse con los puños o tirando de bardeo de neonazis de imbéciles de graciosillos borrachos o de broncas de todo pelaje. compartía colchón y aguja en los bajos del edificio de correos con una preciosa y joven yonqui malcarada y malhablada. los domingos en el rastro vendía sus rebuscas y sus hallazgos que podían ir desde una carretilla de obra recién robada dos calles más abajo a unos pintalabios o unos bolígrafos usados o unas revistas o pañuelos o cinturones o juguetes o libros…
al día siguiente de su muerte la plaza de correos parecía más triste más aburrida más fea. después de tantos años todavía recuerdo a aquel vagabundo que parecía un náufrago que para mi era un vecino más que a veces me convidaba a tabaco.
