EL POETA ANÓNIMO

Estefanía Farias Martínez

Masques regardant une tortue (1894)-James Ensor




Mateo y Marcos habían acudido a cientos de recitales, sin embargo, esa noche fue especialmente emocionante. Un tipo, al que sólo habían visto un par de veces en aquellos eventos, se encaramó al escenario y con voz potente gritó “Idos todos a la mierda”, escupió al publico y se volvió a bajar. Primero fue el estupor, luego la clarividencia y un estallido furioso en aplausos. El gesto de asco y desprecio en el rostro del poeta anónimo conmocionó al auditorio.

—¡Qué poeta, Marcos! Ha dicho tanto en una sola frase disfrazada de exabrupto.
—A mí me ha parecido que el contenido era adecuado, la sonoridad sin embargo…
—Si era hermoso, luminoso.
—No le veo un núcleo muy definido.
—Era breve pero contundente, brutal.
—Excesivamente breve para mi gusto, podría haber desarrollado mejor la idea.
—A mí me ha resultado evocador.
—El elemento oculto del poema no funciona.
—Es lo mejor que he oído en los recitales de este año.
—En eso te doy la razón.

Julián no aguantó más. Esperó dos horas para leer su poema. No pudo contenerse. Subió al escenario, los mandó a la mierda, les escupió y se fue. Los aplausos que escuchó al salir debían ser para la chica que hacía odas a los perros.

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