Juan Ramón Ribeyro Ipenza

“Jugó bien, mereció ganar, pero perdió” (Ediciones Erradícame, 2024) es el primer libro de Fernando Morote que he tenido la oportunidad de leer. Tenía la idea de encontrar un conjunto de relatos cortos, una novela o una crónica. En principio, el título no me atrajo -me pareció demasiado común-, pero el formato fragmentado me llamó la atención.
Una vez empezada la lectura, después de las primeras páginas, no pude interrumpirla hasta el final. El argumento se desarrolla a través de una serie de textos breves, y aunque algunos pueden sonar trillados, otros resultan inspiradores, irreverentes, inteligentes y arrogantes.
La historia y el protagonista plantean una reminiscencia de lo ocurrido en el Perú durante la década de 1990 cuando Carlos Manrique estafó a miles de personas con su “milagrosa” pirámide de inversión financiera. Comparto con Morote la experiencia de haberme graduado como abogado y trabajado como funcionario en una empresa bancaria, por lo que coincido con su perspectiva de los acontecimientos narrados.
Son de subrayar algunas expresiones bien logradas, en las que destaca un toque de sarcasmo, como la observación del protagonista cuando declara que “un cretino que sólo sabe tres palabras encuentra a otro que sabe seis y entonces dice: este hombre es un genio”, lo cual refleja que hemos llegado en el Perú a que el mudo es cautivado por el que apenas sabe una palabra.
Imposible no emparentar los textos agrupados en tres capítulos (“Posición Adelantada”, “Autogol” y “Tarjeta Roja”) con aquellos de “Prosas Apátridas” y “Dichos de Luder” de Julio Ramón Ribeyro, aunque sin llegar a tener esa profundidad «filosófica», pero que sin duda ofrecen una dosis de frescura, siendo todos fáciles de leer.
No es difícil tampoco advertir en el curso del libro la influencia y otras alusiones a la obra de Ribeyro, cuyos títulos de cuentos aparecen infiltrados en ciertos párrafos. Se pueden reconocer, por ejemplo, «de color modesto”, “el profesor suplente”, “el próximo mes me nivelo”, “la insignia”, “dirección equivocada”, “los gallinazos sin plumas” y “al pie del acantilado”.
En general, la estupenda impresión que me ha causado “Jugó bien, mereció ganar, pero perdió” ha despertado mi curiosidad por explorar otros trabajos de Morote.
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