“DANZA, VUELO, ÁRBOL”, de Martín Lucía

Francisco José Segovia Ramos





Si en el poemario “¡Ojalá hallarnos llenos de olvido”, también publicado en Ediciones en Huida, Martín Lucía hablaba de desamor, pérdida y nostalgia, en este, por el contrario, el poeta sevillano hace una loa al amor; al amor incondicional, sin fisuras, que pretende perpetuarse en el tiempo y el espacio.

Un poemario intimista, sí, pero también solidario. Solidario con la otra parte, de quien recibe y da amor. El protagonismo, pues, pasa de las sensaciones del autor, del poeta, a las relaciones de amor con su amada. Esos versos que dicen “Me abro de sangre/y aprendo en ti/a no mirar atrás,/me enseñas/nuevas palabras:/alcorque, azadón, amor/”, resumen gran parte del libro: entrega, aprendizaje en la relación conjunta, crecimiento a partir de lo futurible, de las herramientas y de la fuerza que las maneja; alcorque, azadón, amor.

Estamos llenos de mañana”. ¿Qué mejor manera de describir una relación que pretende eternizarse o, al menos, ser perenne? El poeta se entrega en cada uno de sus versos, se hace piel, carne, sangre, alma compartida. Es tierra, y luz, y agua, y huesos compartidos.

Danza, vuelo, árbol, o sus equivalentes, vida, libertad, afianzamiento. Porque una relación de amor se basa en la capacidad de ambas partes de disfrutar en común y de manera individual de la vida, de ser libres para compartir sus sentimientos, y de afianzar, reforzar su relación en el tiempo y en el espacio. A una, juntos. Quizá por eso el autor repite en más de una ocasión el “un, dos, tres”, como un paso marcial. No, mejor, como una danza, un baile de vida y poesía.

Martín Lucía vuelve a demostrar su alto nivel poético en este libro que, y es una opinión, es un complemento, un contrapeso, la otra cara de su otro poemario, ¡Ojalá hallarnos llenos de olvido! Poemarios que se pueden leer de forma independiente pero, aconsejamos al lector, habría que leerlos uno después del otro. Ya da igual el orden, porque, ¿quién no ha pasado por amores y desamores o por desamores y amores? Quizá en matemáticas, por otra parte, el orden de los factores no altere el producto pero en estos poemarios, que contienen una lírica contemporánea, magnífica, impactante, lo único que puede alterarse, en el buen sentido de la palabra poética, es la sensibilidad del lector.

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