Francisco José Segovia Ramos

En los tiempos que corren, donde los medios de masas occidentales y la opinión pública en general, condicionada por ellos, no ve más allá de unas consignas ideológicas claramente marcadas por una rusofobia que, aunque latente durante décadas, se hace ahora realidad, se agradecen obras como las de Pedro Costa Morata, que pone los puntos sobre las íes y desmonta los falsos mitos occidentales.

“¡Rusia es culpable!”, recorre las relaciones de occidente y Rusia, nos lleva de los principios de la revolución socialista en la URSS hasta la situación actual en Ucrania. Con abundancia de datos y referencias fácilmente contrastables y verificables, Pedro Costa va desmintiendo gran parte de la información, si no toda, y deja claro que los intereses de la OTAN, la UE y EE.UU. van más allá de defender unos supuestos “derechos humanos” o “integridad territorial” de la Ucrania de Zelensky, sino que la búsqueda de mantener la hegemonía occidental ha llevado a esta guerra.

“¡Rusia es culpable!”, grito de los fascistas españoles para justificar el envío de tropas a combatir junto a los nazis en la URSS, podría ser el mismo que ahora utilizan Borrell y demás adláteres de Biden y su entramado militar y económico, para mantener una lucha férrea, militar y económica (incluso cultural), contra Rusia y cualquier otro país que se oponga a su dominio decreciente.

No se busque en la obra de Pedro Costa un apoyo desmedido a Putin y sus políticas. El autor es consciente de las debilidades, defectos y carencias del sistema ruso, pero los pone en su debido contexto, no muy diferente al de muchos países occidentales, cuyas instituciones democráticas van alejándose cada vez más de las necesidades de sus pueblos y más a los intereses de las grandes corporaciones y multinacionales.

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“¡RUSIA ES CULPABLE!”, de Pedro Costa Morata. (Editorial El Viejo Topo, 2023)