Y ASÍ SE CUENTA LA HISTORIA: “Cuando desperté con el ex de otra”

Ítalo Costa Gómez








Quedarme a dormir en la casa de mis amigos es una práctica cotidiana para mí. En esas noches lindas que compartimos juntos me da cosita irme a mi casa tan tarde y en tragos. Además, porque casi siempre mi hogar queda muy alejado de las casas de mis mejores amigos. Entonces me tiro en el sofá o en el cuarto de huéspedes y buenas noches los pastores.

A la mañana siguiente me gusta levantarme muy tempranito y hacer café, limpiar un poco lo que hayamos podido haber desordenado, prender un incienso y luego agarro mis cuatro chivas y me voy. Nunca después de las seis de la mañana. Me gusta que mi presencia sea divertida y cague de risa… nunca una molestia.

La cosa es que una noche sucedió algo que rompió la armonía de la que les estoy hablando. Se quebró la rutina y no de la mejor manera.

Cuenta la historia que mi amiga Ana Lucía se había separado hace como dos meses y teníamos pendiente el vino desde hacía seis. Teníamos la excusa perfecta para juntarnos y beber. Llegué como a las siete de la noche. La pasamos lindo cantando nuestro despecho.

[A esa, que te aparta de mí, que me roba tu tiempo, tu alma y tu cuerpo, ve y dile… que venga, que tenga valor, que muestre la cara y me hable de frente si quiere tu amor]

Mi comadre «murió» como a la una de la mañana. Depuso las armas, se fue a su cuarto y se quedó completamente dormida. Yo estaba menos en salsa y me puse a limpiar un poco y a terminar la tercera botella de vino que andaba por ahí.

La cosa es que el suelo de la sala de su casa es alfombrado y rico. Era pleno invierno y me sentía muy cómodo acostado ahí escuchando música mientras buscaba el sueño cubierto por un cubrecama recontra esponjadito. Me dormí.

La alarma de mi celular sonó a las 5 de la mañana… estaba desperezándome y escuchando bajito la canción «The Scientist» que salía de la laptop que había dejado conectada a mi costado.

¡Buenos días, mundo!, Es hora de… ¡¡la puta madre!!… ¿Quién es este hombre?

A mi costado estaba durmiendo un chico que al principio no supe de quién coño se trataba. Me he levantado como un resorte y empecé a palparme por todos lados – porque uno se da cuenta al toque cuando ha tenido acción la noche anterior- y viendo bien los recovecos. Nada. No había señas de ningún tipo de «deporte de contacto».

Me acerqué un poco al intruso y era Alonso. El ex de Ana Lucía. Mil cosas se me pasaron por la mente. Él tiene que haber entrado entre las dos y las cuatro de la mañana, me tiene que haber visto acostado en el piso y se acostó esperando que salga mi amiga del cuarto. Me imagino, supongo, deduzco, calculo. La pita que se partió.

No desperté al muchacho ni le toqué la puerta del cuarto a mi comadre. Sin zapatos he desconectado la laptop, he dejado el cubrecama doblado sobre la mesa del comedor y me he ido antes de que cantara el condenado gallo. Me sentía ridículamente culpable, aunque yo no haya tenido responsabilidad alguna en lo que estaba pasando.

Le mandé un mensaje a Ana Lucía:

– Sister, ya me fui. Gracias por todo. La pasé lindo. Por cierto. creo que es buena idea quitarle las llaves del departamento al huevonazo de tu ex. Cuando abrí el ojo estaba tirado a mi costado completamente dormido. Tranquila que no he pecado ah. No seas pendeja. El ex de una amiga es mujer y más fea que Magaly Medina. Relajus chorus. Te ama, Italo.

Nunca supe bien como terminó esa historia porque no indagué demasiado. Sobre todo, porque tiempo después se reconciliaron y hasta donde sé siguen juntos. Así que mejor no estar entrevistando fantasmas del pasado. Lo único que recuerdo es lo que ella me respondió al mensaje que le mandé.

– Si mi ex se va a acurrucar con alguien que no sea yo, me quedo tranquila de que tú seas el elegido JAJAJAJAJAJA.

La jacarandosidad de mi destino, pequeños terrícolas.

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2 Respuestas a “Y ASÍ SE CUENTA LA HISTORIA: “Cuando desperté con el ex de otra”

  1. «Me he levantado como un resorte y empecé a palparme por todos lados – porque uno se da cuenta al toque cuando ha tenido acción la noche anterior- y viendo bien los recovecos. Nada. No había señas de ningún tipo de “deporte de contacto”.» Jajajajajajaja. Como dices tú, la pita que se partió. Menudo susto encontrarte al pollo de marras a tu lado y sin saber qué carajo hacía allí, ni qué es lo que había podido suceder. Todavía me estoy riendo. ¡Lo que no te pase a ti, no le sucede a nadie! Abrazote, mi amigo. Cuídate.

  2. Jajajaja, buenísimo! Soy de la misma filosofía, irme a las 7am y los ex de mis mejores amigas son muebles para mí y muebles pasados de moda. Gracias por recordarme esas épocas de pijamada que espero vuelvan!

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