Miguel Rubio Artiaga

Sunset at sea (1879)-Pierre-Auguste Renoir
Le lavó los pies,
tomó la pizca de sal
de la hospitalidad
y le sirvió el vino
mezclado con miel
y dos gotas de azahar.
Compartieron el pan
y el abrazo del atardecer sentados juntos
y a la vez sintieron
la pequeñez de lo humano.
Fueron infinito a la vez.
Vivieron el mismo sentir
de estar viviendo un milagro.
Silencio compartido
lleno de palabras
innecesarias.
La misma Puesta de Sol
pintada en sus ojos
y las crecientes sombras
que saludaron felices
cogidos de la mano.
Se besaron dulcemente
con la noche somnolienta,
aún con los bostezos
de su diario letargo.
Una carta de amor
escrita en la mirada
y mensajera en los labios.
Ya la noche cerrada
con Luna sonriente
en su tercia silueta
de lunilla adolescente.
Pidieron seis deseos
uno por cada estrella fugaz
que vieron cruzar el cielo.
Se enlazaron las lenguas, salió de su concha
el apasionado deseo.
Entonces, sin dejar
de acariciarse
les llamó el impaciente lecho.
Andrés destapaba las sábanas
y Juan encendía mientras
como en un ceremonial
repetido en los años,
las varitas de incienso.
El amor y el deseo haciendo oídos sordos a la sexualidad. La relación erótica fluye y se hace carne no importando el tiempo ni la rutina. Solo son dos en la contemplación de un atardecer que los llevará al camino del amor pasional.- Solo es un AMOR.-