Miguel Rubio Artiaga
Mi alma está hecha de libertad
condenada a vivir en un Mundo
donde todas las esquinas,
al doblarlas, solo queda a tu vista
un horizonte de jaulas.
Lo que fue un corazón pintado
de potro mezcalero
ahora es un garañón solitario
que sigue sus propias sendas
por apartadas llanuras.
Jaulas con barrotes de oro,
jaulas con puertas abiertas
de las que no escapas
por el carcelero miedo
la peor de las cerraduras.
La mitad de mi alma es un gorrión
la otra mitad un lobo
ninguna puede estar sometida
bajo pena de marchitar y morir
por una tristeza terminal y oscura.
No nació cuando nací yo
para ver pasar la vida tras rejas
ciego a todo tras ellas
como una ventana cerrada
que no sabe de soles ni lunas.
El fruto de mi alma
no es de invernadero
ahí no germina su semilla
está hecha para hacerse viento
y necesita el agua de lluvia.
Mi alma lucha por todas las almas
sufre por todas las almas
mi alma al nacer era hermana de la tuya.