Miguel Rubio Artiaga

Marina (1886)-William Trost Richards

Hoy tenemos un día más
y nos queda uno menos,
agárrate a su cintura
y sácalo a bailar
hasta perder el resuello.
Bésalo en los labios
sin importar su sexo
que sea la impronta
en el pasar de los años
y se instale en el recuerdo.
Mañana otra vez
y otra vez el siguiente.
Así es como se aprende
un trozo de Verdad diario
que demuestre que vives
y tus actos sobrevivan
más allá de tu muerte.
¡Vive, sin pensar en cementerios!
Soñarás que tienes alas
y volarás andando senderos
con la luz del Sol imperante
sin necesidad de hacerlo en sueños.
Pregunta a la madrugada,
hazte sombra al acabar la tarde,
baila descalzo a la Luna
que tu mirada sea una Puesta de Sol
un ojo amarillo y el otro naranja.
Deja que te lean los libros,
descifra la música en versos,
busca vivir de mil maneras
lo que sentiste todavía libre
en tu amor primero.
Cuando apriete el dolor
sé cómo el viejo lagarto
vístete de cuero curtido
y apretando los dientes
aguanta con el pensamiento
que después de la tormenta
vienen los días calmos.
Pero nunca dejes de andar
siempre habrá otra senda
al pasar cada día un día
donde poder volar.