Carla Demark
Los niños celebran
diversidad cultural,
mientras ellos esperan
en su carpa roída.
Las razas cambian de nombre
y la ronda de colores
disfraza la negrura
de su tierra partida.
Cinco siglos silenciados,
orando para que no le roben
lo poco de pacha
que sustenta su vida.
Se sube al árbol más alto
para pedirle al viento
que las semillas de su pueblo
no mueran
de hipocresía.
Por las grietas ancestrales
de su piel
resbalan las balas
ocultas
de la injusticia.
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