Francisco Rapalo
Niño geopolítico mirando el nacimiento de un hombre nuevo (1943)-Salvador Dalí
Hubo una vez un hombre que vivió al revés. Primero estaba muerto. Después estuvo en su entierro; la multitud vestida de negro lo aplaudió mientras lo ayudaban a incorporarse.
Entonces tuvo que conocerlos a todos, aprender sus nombres, saber a quién trataba con indiferencia y a quién le hacía el amor. Tuvo que aprender cuál era el propósito de su vida; a sentir pasión, culpa, a extrañar, a tener una actitud mala con la gente que se suponía no debía gustarle.
Y lo hizo; todo eso.
Al final, lo introdujeron en su madre con unas pinzas, en la tibia y blanda oscuridad de su interior. Se disolvió en esas aguas, se dividió: ocho en cuatro, cuatro en dos, dos en uno.
Algunos lo lloraron.
Es tan difícil de explicar, decía su madre, está tan dentro de mí pero tan lejos.
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