Harry Rainmaker
— Ay, mirá Etelvina –le señaló una señora a su amiga con genuina excitación — ese es el chico que te conté… mi amante.
— (silencio estupefacto)
— ¿Te gusta? –insistió con embelezo la esposa infiel.
— Bueno… —se esforzó la amiga, tratando de ser cortés— lo único que importa es si a vos te gusta, querida Poly.
— Ya sé que no es lindo. Pero es 20 años más joven y no sabés cómo me fornica.
Y a la amiga tuvieron que traerle las sales.