«El mundo entero pasa por Marsella», de Ángela Martín del Burgo

Editorial Cuadernos del Laberinto

Angela_martin_del_burgo III

El mundo entero pasa por Marsella, (editorial Cuadernos del Laberinto. Madrid, 2015), la nueva novela de la escritora Ángela Martín del Burgo, es un homenaje a la ciudad que muchos consideran “la puerta del mundo”. Marsella fue la primera ciudad de Francia y actualmente es su puerto más importante. El entramado de sus calles es un escenario ideal para situar una novela de género negro. La autora nos lleva de la mano por las principales arterias de la ciudad, como La Canebière —la célebre y popular avenida— y nos presenta a un joven pickpocket, André Dreujou, quien tras la separación de sus padres y la pérdida de trabajo de la madre, abandonará las aulas del liceo para sobrevivir, en un principio, a base de pequeños robos. Arrastrado por las circunstancias, se verá envuelto en una cadena de crímenes; soportará la amargura de la culpa; y se sentirá tan atormentado por la violencia que causa como sus propias víctimas.

Cabe destacar la figura del inspector Labachaise, jefe del departamento de policía de Marsella y quien se encargará de la investigación. La segunda parte está centrada en este personaje y el ritmo, la sensación de profundidad y el peso de la vida que parece condenarle (su vida marital, el abandono de su esposa, su cotidianidad, etc.) hacen de él un atractivo en la lectura, un acierto y un punto donde el lector se siente atrapado.

No cabe duda de que el gran bagaje cultural de Ángela Martín del Burgo es una garantía a la hora de afrontar la novela, que se encuentra plagada de referencias a libros, escenas de cine o fuentes filosóficas. Todo ello convierte a El mundo entero pasa por Marsella en una novela que trasciende su género inicial el negro para convertirse en un novela de pensamiento, en la búsqueda no sólo de la resolución del caso criminal sino también en la búsqueda del proceso de la acción-consecuencia que los actos llevan en su naturaleza.

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Hemos tenido ocasión de entrevistar a autora, y es ella misma la que nos explica los entramados y el proceso creativo de El mundo entero pasa por Marsella.

«La obra habla de la soledad del ser humano y de la soledad del marginado y perseguido, del estar solo frente  a todos, en el fondo, algo consustancial a todo hombre.»

P.: ¿Por qué ha situado la acción en Marsella, por qué la considera la puerta del mundo?

R.: Marsella ha sido una de las ciudades que han formado parte de la historia de mi corazón. El poeta Luis Cernuda decía que las ciudades, como las personas, solo pueden interesar por un espacio de tiempo. Pero antes de que llegue el olvido, si llega, esas ciudades que han encantado y resultado mágicas son las más idóneas para hacer discurrir por ella personajes y acción, la acción de una novela.

En cuanto a la expresión“la puerta del mundo o el umbral de los pueblos”, como pueden encontrar en la citas que precede a la novela, es de Joseph Roth, donde reconoce a Marsella por su situación estratégica, en la geografía, en la historia, en la literatura y en las demás artes, y como lugar de paso e influencia entre Oriente y Occidente.

P.: Su nueva novela ¿es un homenaje  a la película de Robert Bresson?

R.: No. La novela surge de motivaciones distintas; lo que no implica que una vez en marcha influya en ella, episódicamente, e incluso se cite y rinda homenaje, tomando algunas tretas del citado film, como el escamotear relojes de pulsera aprovechando la afluencia de gente en autobuses.

P.: En cierto sentido encontramos un paralelismo con Crimen y castigo de Dostoievski.

R.: Crimen y castigo es una de las grandes novelas de la literatura universal y su influencia ha sido inmensa en la novelística y, a través de ella, en el cine. Pero no hay un paralelismo entre una y otra. Mi interés por personajes que se encuentran al margen de la sociedad es también el del autor ruso. Y como en este, el sufrimiento y la sensación de culpa, que pertenecen, por otra parte, a mi sensibilidad y a mi mundo interior. Del sufrimiento, dice Dostoievski, emana una idea.

P.: El sentimiento de culpa no logra superar un destino fatal ya marcado. El protagonista es consciente del mal que causa, pero sigue haciéndolo.

R.: De la lectura de la novela no se desprende ese “destino fatal ya marcado” y en la presentación de Getafe Negro 2015 ya hablamos de ello. La novela está escrita en 3º persona, y la voz del narrador es una, y la del personaje protagonista, así como la del resto de los personajes, otra. Vemos actuar a André Dreujou y lo escuchamos en el diálogo, estilo directo, así como en el estilo indirecto libre y en soliloquios. Los primeros acontecimientos resultan casi fortuitos. Pero aun cuando André hable de las circunstancias y de que las circunstancias le han puesto una pistola en la mano, de ningún modo está decidido que tenga que dispararla.  Ese destino fatal marcado hubiese regido en la novela naturalista donde los personajes están determinados por la herencia biológica y el medio ambiente, aunque ya nuestros escritores, como Galdós y Pardo Bazán, hablaron del componente espiritual en el hombre y, por tanto, de un naturalismo espiritual. Después le contestaron también nuestros escritores de la Generación del 98. Y, a propósito del existencialismo, por el que después se me pregunta, los mismos personajes dicen que la finalidad de la vida hay que inventarla; que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado en cada instante a inventar al hombre.

P.: Su estilo es cuidado e impecable, y además el lector tiene la sensación de caminar por las calles de la ciudad. Está todo impecablemente documentado. ¿Cómo ha sido el trabajo de construcción de la novela?

R.: Para la construcción pasé temporadas breves en Marsella; allí pude adquirir libros, y todo tipo de guías y callejeros; aunque lo principal es impregnarse de la atmósfera de la ciudad. Esa sensación no me abandona y, teniéndola presente, en un esfuerzo de memoria voluntaria, puedo volver a recrearla auxiliándome de planos. Siempre temía perder las guías y callejeros que compraba, así que los tengo repetidos. En cuanto al método en lo que a estructura de la novela se refiere, he trabajado y trabajo de dos maneras distintas. Bien, con mayor facilidad en una estructura lineal y episódica, constituida por una suma de episodios, que se van agregando sin dificultad unos a otros; bien, con mayor dificultad, necesitando posteriormente de un montaje, semejante a lo que se hace en el cine. El mundo entero pasa por Marsella y Asesinato en la Gran Vía discurrieron felizmente sin necesidad de montaje alguno, deslizándose los folios unos tras otros.

P.: ¿Hay una corriente existencialista en El mundo entero pasa por Marsella? Ciertos pasajes o emociones de André Dreujou, el protagonista, nos hacen pensar en la soledad que acompaña siempre al ser humano, o bien en la responsabilidad de este en el destino.

R.: Sí, es cierto y he hablado antes de ello. La obra habla de la soledad del ser humano y de la soledad del marginado y perseguido, del estar solo frente  a todos, en el fondo, algo consustancial a todo hombre. Pero incluso los jóvenes protagonistas de la novela hablan de existencialismo y dicen cosas como las arriba transcritas, que la finalidad de la vida hay que inventarla. Además, que de la lectura de la obra – y aquí coinciden existencialistas con Cervantes -, se desprende que el hombre es responsable de cuanto hace, que cada uno es hijo de sus obras, como dijo don Miguel. Con ello se vuelve a responder a la pregunta cuarta sobre la falsedad de un destino fatal, de cualquier destino ya marcado.

P.: ¿En qué proyectos literarios se encuentra inmersa?

R.: En la creación de otra novela que se desarrolla, como no puede ser menos, en una ciudad que ocupa un lugar muy importante en mi corazón. Y en la ordenación de un nuevo poemario.

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 Angela_martin_del_burgo IIÁngela Martín del Burgo (Moron de la Frontera (Sevilla). Novelista y poeta, doctora en Filologia y profesora de Lengua espanola y literatura.

Ha publicado las novelas Asesinato en la Gran Via (Cuadernos del Laberinto, 2012), Ningun camino de flores conduce a la gloria (2005) y Cenizas sobre un mar de agosto (2000); asi como el libro de relatos La muerte de Mario de Sa] Carneiro o La soledad y el poeta (2007).

En su labor poetica, los poemarios: Poemas de viaje (2011), Caducidad de lo real (1996), La mirada asombrada y Un sueno breve.

Ha participado en antologias como: Antologia de poetas contemporaneas. Enesima Hoja (2012); Atlas poetico. Viajeras del siglo XXI (2013); Mujeres y cafe (1995); en Homenajes publicados por el Ateneo de Sevilla (2008 y 2009); y en los VII, IX y X Cuadernos de profesores poetas (2011, 2013 y 2014).

Traducida al italiano en la antologia bilingue Poesia e Cultura. Due mondi, due culture (Italia, 2008), por cuyo poema, Bologna. Piazza Maggiore, ha recibido el Diploma Autore dellLAnno 2008. Y en las antologias de poesia contemporanea Poesia e cultura y Parola e vita (Italia, 2010). Premio Literario Internacional Omaggio a Pablo Neruda & Salvatore Quasimodo.

Colaboradora de la revista literaria Cuaderno Sie7e y de Isidora (Revista de estudios galdosianos).

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