José Pastor González

Il bevitore (1914)-Umberto Boccioni
bebe para olvidar
a las mujeres que amaste
y, también, a las que rechazaste.
bebe para olvidar
tu puto trabajo
el alquiler del piso, la gotera de la vecina de arriba,
la soledad silenciosa cortante e insultante de tu habitación,
o ese dolor de espalda que está acabando con tus nervios.
o bebe sin motivo alguno.
o por ese sol agradable de las tardes de invierno.
bebe por lo bailado, comido, olido y besado
y por todas las guerras perdidas y todos sus derrotados.
bebe
sin esperar tiempos mejores.
¡claudica!
a todos nos llega ese momento, un día te rendirás
como se rindió tu viejo o el mechero de gas
o el reloj de pulsera que te regalaron por tu primera comunión
y sólo te quedarán un puñado de recuerdos amarillentos
y unas ojeras como puñaladas
que para nada te servirán.
sólo te esperarán,
en la soledad silenciosa
cortante e insultante de la habitación,
la maldita gravedad
y un vaso de vino
al que te agarrarás como un náufrago
a una sirena en alta mar.
bebe
no vas a encontrar nada
más cálido que la coñac,
nada más cariñoso que el aguardiente,
nada más lúcido que el vino.
no, amigo, no busques aventuras que nunca encontrarás.
ya no hay mujeres, amigos, libros, música
que te salven de esta vida.
Bebe sin miedo,
sin moderación,
te va la vida en ello,
bebe a tragos largos
hasta perder el sentido

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