José Pastor González

The Vulture and the Little Girl (1993)-Kevin Carter
todos pudimos ser Kevin Carter. y pertenecer al Bang Bang Club, ser la aventura y ser el valor y con 33 años conectar una goma al tubo de escape del coche pasarla por la ventana del pasajero entrar en el coche encender el motor poner música en el walkman y abandonar esta vida dejando una hermosa y triste carta de despedida.
todos podemos ser el buitre de la fotografía o Kong Nyong el niño de la fotografía. o la fotografía. todos somos la mirada. somos los ojos de todos los que vieron la fotografía y los ojos de todos los muertos que se le aparecían en sueños a Kevin Carter. somos la furia y el dolor de toda la gente que anda descalza. somos las lágrimas que no queremos ver. somos lo que no queremos ver. somos los que nos atiborramos de white pipe y whisky para poder vivir. somos la fama y el anonimato. somos los que señalamos con el dedo al culpable. somos el reo y el verdugo y los que miran para otro lado. somos todos a los que no nos dieron el premio Pulitzer. somos la adrenalina y el amor. somos la bala buscando un cuerpo que derribar. somos el hambre en los huesos. somos los huesos de los desaparecidos. somos la fragilidad de los huesos. somos el remordimiento. somos la depresión el insomnio la locura. somos una sonrisa en otra fotografía. somos los amigos muertos. somos la sangre que corre por las venas y las calles. somos el fuego como castigo. somos las moscas y somos las mariposas. somos todas las palabras que sobran. somos los que no creemos en nada pero intuimos que es importante que alguien lo cuente. somos las tripas de Kong Nyong y las de Kevin Carter y las del buitre y las de un libro que se está escribiendo todos los días y nadie escribe. y nadie lee.
