Las margaritas en mi ombligo

Lala González

Wind (1927)-Yves Tanguy

 

 

 

Puede que haya sido el viento quien borrara las memorias diluidas en mi mirada
cada tic tac acompasado reverberó en mi pecho
desraizando de mi cuerpo todo rastro fútil e inconexo
toda soledad fecundada en mi piel
cada silencio que gritó en mi vientre en aquellas noches de cruento desamor

fue el viento el que misericorde abrazóme
y coloco mi cabeza en su regazo
cantándome en susurros una nana
para acunar todas las vidas en mi Vida
todas las muertes que me parieron a secas
todas las esperanzas que en alguna noche de luna llena florecieron en mis rizos
(sí, florecieron azucenas y jazmines en mi pelo
como en mi ombligo florecieron las margaritas y las madreselvas)
florecieron para devolverme la luz en mi rostro nocturnado

Ciertamente fue el viento el que devolvióme el nombre
amermelando mi boca con el suave sabor de su Vida
a la vez
me elevó al punto pico del embargo
con tan solo rozar mi piel con la firme inquietud de su bisbiseo
no hubo célula en mi cuerpo que no gritara en susurros ahogados
esta querencia nacida en la virtud de nuestras infinitudes

es el viento
siempre fue el viento
siempre será el viento

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