José Manuel Ramallo
Es una rubia tentación. Pone su Reina a disposición de mi Alfil, con la intención de ver desenmascarar mi temor.
Nuestros caballos relinchan.
Un pensamiento cae desde lo alto de la Torre. Y su mirada triunfa sobre mi suspiro. Nos salvaguardamos con enroques vertiginosos. Ninguno cede. Los peones contemplan temerosos, por la llegada de su momento. Presas fáciles de aplastar
El Rey medita, sumergido en tácticas de viejas batallas.
Entonces comprendo todo. Súbitamente entiendo que el próximo movimiento debe ser sobre su piel. Suave. Mis dedos se deslizan sobre sus piernas. Y ante mi descuido, un valiente Peón apuñala mi espalda.
Ya nada importa.
Jaque Mate