Nora Ibarra
«Mi padre hubiese querido que yo fuese médico… » “El Asesino dentro de mí” Jim ThompsonEl día que conocí a Estrella sentí que tocaba el cielo con las manos. Con cincuenta y cinco años, soltero y gracias a una red social, pude dar fin a mi vida solitaria.
Ella vivía en otro país, pero en el amor la distancia no es una excusa. Siempre me regocijó el sentido maternal de las mujeres sin importarme su origen. Sólo quería que cuidase de mí. Que me amase incondicionalmente.
Vi ese amor en sus ojos en el momento que mis dedos apretaban su cuello, mientras el collar de esmeraldas, mi regalo de boda, brillaba sobre la blancura de su piel.
Me vi obligado a hacerlo ante la necesidad de terminar con el caos y restablecer la moral que el mundo perdió.
Nunca imaginé que la buscarían y menos aún que hallarían la casa donde escondía los otros cadáveres.
Durante años, escondí el secreto que la familia de Estrella desvendó en un santiamén. Me equivoqué al elegirla. Debo admitirlo.
