Pedro Arriola

Hay un cuento del recordado y genial escritor francés, Guy de Maupassant, en el que una mujer, fallecida, sale de su tumba para reescribir su epitafio. Cambia el “Amó, fue amada y murió” por “Habiendo salido un día de lluvia para engañar a su marido, pescó una pulmonía y murió”. La verdad se impone, ulterior y fantásticamente.

Pues así, también, de crudo y veraz es el libro “Diálogos en la taza”, que el escritor peruano Fernando Morote acaba de publicar en Nueva York, donde reside actualmente. Claro, no es un cuento; es más bien un conjunto de treinta y cinco breves biografías de importantes nombres de la historia del Perú, destacándose por ser personas que aportaron al país o, contrariamente, lo perjudicaron. Todo bajo la mirada obvia del autor.

Lo original y que le da atractivo y verosimilitud al libro es que Morote “hace hablar” a los propios personajes convocados. Son ellos mismos, con su propia “voz”, los que, en una especie de auto ajuste de cuentas con la historia, “cuentan” qué es lo que hicieron, de bien o mal, para estar registrados en los anales históricos peruanos. Así como suena, sin medias tintas…la verdad prevalece onda y lironda, sin vergüenza y sin tapujos ¿Raro, no? Sí, pues. Es que cuando leemos biografías estamos acostumbrados a que nos doren la píldora porque siempre se presenta el lado más amable.

Es así como vemos desfilar a expresidentes, héroes, santos, escritores, deportistas, artistas, Etc. Quienes se desnudan, en pocas y certeras líneas y como nunca antes.

No es menester espoilear pero les cuento que ahí están Piérola, Sánchez Cerro, Bedoya Reyes, Velasco, Santa Rosa y San Martín de Porres, Micaela Bastidas, Flora Tristán, González de Fanning, González Prada, Mariátegui y haya de la Torre, Palma, Eguren, Chocano, Valdelomar y Vallejo, Mauro Mina, El “Cholo” Sotil, Sabogal, Pinglo, Chabuca Granda y Ferrando, Etc.

Habrán de enterarse de virtudes y miserias humanas. De actos heroicos y viles traiciones. De amores e infidelidades. De seres altruistas y miserables sin perdón. En fin, como es la vida misma, como fue y como será por los siglos de los siglos.

El libro se lee de un sorbo por su delicioso contenido, condimentado con buena dosis de pentotal sódico (el medicamento que hace “decir” la verdad) que seguramente los protagonistas habrán tenido que consumir. También se lee de un sorbo porque la obra en sí tiene excelente ritmo y está muy bien escrita, toda vez que dice, acertadamente, lo necesario y tampoco se adorna en banalidades. Es literatura pura y de la buena. Refresca. Y ello se agradece, Fernando Morote.

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Pedro Arriola. Abogado, músico y escritor. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Federico Villarreal y música en la Escuela Superior José María Arguedas. Es además bibliógrafo especializado en la obra de Julio Ramón Ribeyro. Actualmente viene preparando un libro de cuentos con relatos de su creación. Es director del colectivo literario “El Club Ribeyro” dedicado a la difusión de la obra y vida del mencionado escritor peruano. Como músico ha dado conciertos tanto en el Perú como el extranjero y tienes más de diez discos grabados. Además, es productor, arreglista y compositor.

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