Francisco José Segovia Ramos

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P: Tu trayectoria literaria es corta, comprensible porque eres muy joven. ¿Quién es María Lorenzo, la escritora? ¿Qué se puede encontrar en tu obra?
M.: Efectivamente, mi trayectoria es muy corta, apenas un pequeño paso que comienzo a dar. Es difícil definirse a uno mismo. ¿Quién soy?, es siempre una de las preguntas más difíciles a las que nos enfrentamos. Sobre todo, porque al igual que todos, tengo varias caras. Por un lado soy casi bióloga, adoro la ciencia. Por otro, soy bastante friki. Y todo confluye en mi amor a la lectura y a los libros, mi parte de escritora. Creo que en ella conjugo de una forma u otra todas mis otras caras. Soy una escritora que está comenzando, aprendiendo cada día más y más de aquello que lee, de otros medios narrativos como las series, de mis propios compañeros. Mi yo escritora existe desde el instante en que la parte lectora no encontró la historia que ella quería y comenzó a imaginar. Y eso, hasta ahora.
Mi obra puede enmarcarse en fantasía. Ha sido siempre el género que más he leído y disfrutado. Mi primera novela no es la primera que escribo, pero sí la primera que publico. En esta obra se encuentran diversos temas. Hablo mucho de las consecuencias de nuestras decisiones a través de los personajes ficticios que se mueven en ella, en este caso ángeles, demonios y otras criaturas. Hablo de la guerra, de las relaciones familiares y las amistades y, sobre todo, de cómo las cosas que nos suceden nos hacen ser quiénes somos. Además, aunque las novelas de fantasía acostumbran a seguir un ‘camino del héroe’, en mi obra no suelen marcarse tanto los blancos y negros, si no que juego con personajes más grises, como la protagonista, que no es una elegida ni tiene que salvar el mundo, sólo sobrevivir un día más. Son temas con los que suelo jugar y que conforman bastante bien ‘Monstruo de plata y marfil’.
Respecto al resto de escritos, me muevo en la fantasía, pero también estoy comenzando a probar otros géneros que me gustan, como la ciencia ficción (Monstruo tiene un poco por los escenarios en que se mueve, pero no es exactamente ciencia ficción por completo). Me gusta decir que mi obra es aquello que a mí me gustaría leer y escribo más para mí misma que pensando en posibles lectores. Por eso, a veces, me cuesta enmarcar mis escritos en un género concreto.
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P: ¿Qué influencias pueden verse en tu obra? Y hablo de cualquier influencia, sea literaria, cinematográfica o de cualquier otra faceta artística.
M.: Mi mayor influencia han sido obras literarias. Siempre he leído fantasía, es el género que más me ha marcado. Al inicio me marcaba mucho la obra de Laura Gallego, Jordi Sierra I Fabra, Carlos Ruiz Zafón… Con el tiempo he ido sumando otras influencias que de una forma u otra me marcan al escribir ya que aspiro a aprender de ellos, ya sea por sus libros o por su forma de trabajo: Patrick Rothfuss, Iria G. Parente y Selene M. Pascual, Victoria Alvárez, José Antonio Cotrina, Rick Riordan y Sarah J. Maas.
Respecto a otros tipos de influencias, las series son las más potentes. Me influyen mucho en mi aprendizaje para contar historias así como en las historias en sí obras como Doctor Who, Lucifer, El ministerio del tiempo, obras de anime como Ataque a los titanes, Code Geass o Fullmetal Alchemist, y un largo etcétera. Consumo bastantes géneros y todo ello creo, que, de una forma u otra, me influye escribiendo y me motiva a la hora de querer contar historias. El cine me influye, pero no en tanta medida como los libros o las series. Quizás porque prefiero historias contadas más despacio y no en el formato de película.
Y, por último, me influyen mucho las ilustraciones de artistas que voy encontrando por la red. Bien en Twitter o en Pinterest. Me sirven para preguntarme sobre esos personajes, tirar del hilo y practicar mi propia escritura intentando buscarles historias.
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P: Aunque ha habido precedentes históricos envidiables, desde hace años la literatura en general, y la literatura fantástica en particular están dando muchas y magníficas escritoras. ¿Se ha roto, por fin, el “techo de cristal” para las mujeres en el mundo literario, o todavía hay que romper algunos clichés y barreras patriarcales?
M.: Desde mi opinión, creo que aún hay muchas barreras que romper. Se han dado grandes pasos y ahora tenemos, de lejos, muchas más posibilidades de publicar y no tener que hacerlo con seudónimo, con nombre masculino o de forma anónima. Aún así, sigue habiendo dificultades para las mujeres y en muchas editoriales la mayoría de los autores publicados son hombres. Creo que aún hay cristales, barreras que se han adaptado más al tiempo actual, pero que, por fortuna, hay editoriales tratando de romper esa dinámica e igualar los números, así como una comunidad que de autoras maravillosa que se va abriendo paso (en nuestro país tenemos autoras maravillosas y que están siendo toda una revolución para la literatura, sobretodo juvenil).
No creo, sin embargo, en el hecho de que para luchar por ello debamos leer solo mujeres y no a hombres, nunca he leído algo por el género de su autor (me inclino más hacia quién es el autor o autora), pero sí que creo que hay que seguir luchando para que el mundo editorial y literario sea más equitativo y ese criterio de hombre o mujer, no sea necesario y sea irrelevante a la hora de publicar a alguien.
Respecto a otros techos, puede que, al igual que en otros campos, también haya techos de cristal en algunas editoriales respecto a lo que gana un autor y a lo que gana una autora, pero no me gusta opinar sobre cosas que no sé a ciencia cierta. Opino más de como he visto que a las mujeres siempre se nos cuestiona, sobre todo si escribimos juvenil, sobre si lo que escribimos es ‘literatura de verdad’. Pero vamos por el buen camino y hay que seguir luchando por qué no importe en una obra el género de la persona que lo escribe.
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P: ¿Qué te ha supuesto que una editorial como Titanium apueste por tu obra? ¿Qué ha cambiado en tu forma de ver tu trayectoria literaria?
M.: Me ha supuesto varias cosas. En primer lugar, sentir que alguien ha confiado en la historia en la que he trabajado. Yo la mandé a varias editoriales y en un momento dado, tras varios silencios y algunas negativas, había decidido ya guardarla en el cajón y seguir escribiendo. Cuando Titanium me llamó fue una motivación enorme. Aunque siempre he escrito para mí y envié la obra para intentarlo, de repente vi que quizás si podía comenzar a dar pasos en este mundillo.
Ese ha sido el mayor cambio en mi forma de ver mi trayectoria. He pasado de ver una trayectoria expresamente mía y seguir escribiendo las historias que me gustaría leer (siempre tratando de formarme), a ser más consciente de que soy autora y hay gente que comienza a leerme y que disfruta de la novela. Sigo, a pesar de los meses que han pasado ya, sorprendida de eso, y al escribir tengo más motivación, pero también una presión que antes no tenía. Sin embargo, creo que me ayuda a mejorar porque, aunque ahora escriba consciente de potenciales lectores, voy a seguir escribiendo las historias que siento que debo contar y pensar en ellos me hace esforzarme más a la hora de expresarme en palabras y de aprender de otros autores, bien que admiro o que gracias a la editorial he conocido.
Creo que, además de mi trabajo (pasé cinco años trabajando en la novela), también he tenido suerte y he dado con las personas adecuadas. También me ha supuesto darme cuenta de que es cierto lo que dicen algunas autoras que ya llevan trayectoria. Las negativas de las editoriales a veces no son porque la obra sea mala, si no porque no es la obra que ellos quieren. Titanium me ha dado una oportunidad maravillosa y voy a aprovechar esto como la primera piedra que es hacia seguir publicando y mejorando como autora. Ahora me tomo más en serio la escritura y, con sus baches y alegrías, sé que hay gente dispuesta a leer lo que escriba. Además, gracias a la editorial, he conocido a otros autores y hemos hecho piña ayudándonos unos a otros.
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P: Para escribir una obra de fantasía ha de crearse un mundo creíble donde ubicar a los personajes ¿cómo te planteas ese mundo? ¿Qué método de trabajo utilizas para crear tus historias?
M.: Es una pregunta interesante porque cuando yo comencé a escribir “Monstruo de plata y marfil” no sabía qué era eso de crear el mundo, eso que se llama ahora worldbuilding. Monstruo nació en modo brújula, es decir, sobre la marcha y reescritura tras reescritura, atando en cada una los hilos que no tenían cohesión hasta que todo estuvo como la historia me pedía. Al final sí que apuntaba cosas sobre el worldbuilding (si no, pueden escaparse cosas) y eso derivó en mi actual forma de trabajo.
En mis proyectos posteriores sí me tomo la creación del mundo de una forma más metódica. No soy una escritora mapa al cien por cien, por qué me aburriría conocer todos los detalles y no dejarme sorprender por el mundo y los personajes, pero si me gusta trabajar antes un mapa del mundo (es lo que más me gusta), los reinos, quiénes (especies) viven en ellos, la cultura, las formas de vestir, los acontecimientos de la trama… Me he vuelto más planificadora que antes y disfruto de ello. No puedo evitar escribir entre medias escenas o probar comienzos, o incluso tener otros escritos en los que dejar simplemente volar mis dedos sobre el teclado, pero intento dar coherencia. Sobre todo, porque mis estudios (biología) me influyen mucho en que el mundo sea coherente, mucho más que cuando escribí y corregí esta obra.
Así que mi método de trabajo es estar escribiendo siempre fragmentos, ideas, aunque sean cosas que nunca verán la luz, y mientras, ir construyendo el mundo. En los meses de invierno soy muy veleta porque trabajo en la parte que me apetece y cuando me apetece (básicamente porque no siempre tengo tiempo de escribir, pero quizás si de sacar ideas o cosas para el mundo). En verano soy más regular y trabajo un poco de todo.
Evidentemente, la forma de trabajo es algo que siempre va evolucionando y que intento adecuar a mi forma de escribir y de contar historias. Sin duda, lo qué más intento construir bien siempre son los personajes, pero con el tiempo he visto que la construcción de su entorno es tan vital para una historia como ellos.
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P: ¿Influye tu faceta de bióloga en tus escritos, o son dos mundos diferenciados?
M.: Al principio no lo hacía y en Monstruo no hay influencia, al menos no de la que sea consciente ya que cuando terminé la última versión me encontraba a mitad de carrera y en las correcciones posteriores no introduje nada respectivo a ella. Sin embargo, en mi forma de escribir actual la carrera si me influye. Como he dicho, ahora construyo más el mundo y que tenga coherencia es algo que va relacionado con biología. Como científicos nos hemos formado usando el método científico y eso hace que todo el rato me cuestione si ciertas cosas fueran posibles. Intento a veces que no me influya, porque creo que, aunque un mundo de fantasía debe tener coherencia y tener leyes que no pueden modificarse en servicio de la narración, tampoco debo ser muy estricta o me tiraría demasiado tiempo construyendo el mundo y no escribiendo. Influye en muchos aspectos. A veces estoy en clase, dan algo interesante, un animal, o una forma de funcionar una especie, y pienso en cómo aplicarlo a lo que escribo, como hacer que ese mundo que creo este vivo para el lector. La influencia de mi yo bióloga a veces es un arma de doble filo para mi escritura, pero no puedo separarme de ella.
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P: ¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿Novelas, relatos?
M.: Soy persona que no puede estar con una sola cosa. Tengo dos proyectos largos de fantasía en funcionamiento. En ellos estoy dedicando el tiempo a la construcción del mundo, ya que son dos distintos. Aunque reconozco que en una de las historias al tiempo que construyo también estoy escribiendo y probando narrador. Y, por supuesto, como no puedo parar quieta tengo que estar escribiendo algo a mi ritmo y sin más rumbo que la idea. Así que tengo entre manos un relato largo o novela corta (cuando terminé sabré si es relato o ya me queda como una novelita) que voy escribiendo sobre la marcha y que es de ciencia ficción/distopía. Además, me he propuesto este verano participar más en antologías y volver a escribir relatos, algo que antes hacía de forma más habitual (pero como siempre me salen cosas largas, termino derivando a novela).
Respecto a otros proyectos, tengo un proyecto relacionado con la novela que es más a largo plazo y qué quién lea la historia de ‘Monstruo de plata y marfil’ es posible que intuya por dónde van los tiros de ese proyecto. Tengo otros también pequeños, pero son apenas ideas que como me gusta decir, dejo que germinen por si las necesito incluir en proyectos actuales o se juntan con otras para nuevos proyectos. Lo que me falta más que proyectos, es tiempo.
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P: Y, por último, para terminar, ¿qué aspiras a conseguir en la literatura? ¿Divertirte, escribir cuanto más mejor, experimentar nuevas técnicas o géneros?
M.: Mi deseo es mejorar como escritora. Al fin y al cabo, “Monstruo de plata y marfil” es mi primera obra. Cada vez leo más fijándome en como escriben los autores, para aprender como transmiten y enganchan o, por el contrario, porque una historia me disgusta. También aprendo de las reseñas de mi novela y siempre las leo apuntándome las fuerzas y las debilidades, para que mi escritura evolucione. Pero sobre todas las cosas, mi aspiración es escribir aquello que me gustaría leer y de paso, que el resto de las personas al leerme encuentren el refugio que las historias han sido siempre para mí. Escribir para mi es una terapia, publique o no, me lean o no, necesito hacerlo y si, de paso, puedo mejorar, probar otros géneros, leer sobre ello y conocer a otros escritores y escritoras, mucho mejor. Será una experiencia extra que me llevaré en este camino. Además, la experiencia de que una persona lea lo que escribes y te diga que le ha encantado no la cambio por nada, anima mis días y me impulsa a seguir adelante. Siempre habrá días malos, pero escribir historias, aunque a veces tiene sus altibajos como cualquier cosa en la vida, permite evadirse.