Miguel Rubio Artiaga

Hay veces
que miro mi pluma
y veo en cambio
un palo ensangrentado
que solo escribe
versos de color rojo
como serpientes
de cárdenos trazos.
Yo los copio
pero son ellos
los que me leen
y leyendo mis adentros
guiando mi mano
se escriben solos.
Yo soy mis versos
y mis venas abiertas
mezclan mi sangre
con los lamentos
de mi pluma,
cuando se convierte
en ese palo ensangrentado.

Yo no soy nadie
sin mis poemas
y ellos un soplo de aire
sin mis sentimientos
sin mis manos.
Me trocean el corazón
escarban el cerebro
bailan en mi escroto
graban la mirada
y me miden lo humano.
Yo esclavo de mis sueños
ellos esclavos de un bardo.
Los dos con las puertas abiertas
los dos sin dar un paso.
No somos presos sometidos
somos reos voluntarios.

Si soy crematorio
ellos la ceniza,
si soy tormenta
ellos me llueven
como queriendo
romper la tierra
atormentados.
Si fuera mina
ellos mineros,
yo raíz escondida
ellos el árbol.

Si furioso,
ellos versos de guerra.
si sereno
ellos lagos estrellados.
Si yo quiero olvidar
ellos versos enamorados.
Ellos son yo,
yo su lienzo en blanco.