Pamela S. Terlizzi Prina
Las memorias de un santo (1960)-René Magritte
.
A Liliana Díaz Mindurry, por la belleza del espanto.
La nada es el umbral del que nadie eligió partir
y me dijiste que nunca fue de día
Hablemos de los laberintos
y por oposición
de los lugares que no tienen puertas ni ventanas
De este lado de las cosas
el gato que huía por los techos se detuvo en mis ojos
que te miran mirar la nada
El problema de la libertad es acostumbrarse
a una voluntad incómoda
que jamás querrá uvas ni pan
aunque vague con hambre
No pedimos el vértigo la convulsión la gula
salvo las alas
Y yo puedo elegir
(la felicidad no siempre)
el goce siempre siempre el espacio
el día sólo como una noche aguada
(promesa de espesura)
Te confieso
no busco la belleza
quiero eso que no tiene bordes ni formas que otros hayan
nombrado
eso
lo indecible
por anónimo
por imbebible
por terror lúdico
por abismo en el paladar
Y ahora te digo de la sed
Es un insecto rosa
que me toca apenas la lengua
que tiene el tupé de apoyar solo las patas
y volar pronto
abandonándome en una flamígera voluntad de tragar
De tragar insecto y repulsión
patas impúdicas deseo urgente deglución perversa
fiebre
perecimiento efímero
terrón de arena verbo asfixia
humanidad
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