Miguel Rubio Artiaga

Cuando no me encuentres,
estaré en mi caverna
del valle sin conocer
al que no llega ninguna senda
y no tiene ni nombre.
Vestido solo con la libertad
del solitario que quiere serlo
que encuentra en el silencio
la tierra y la raíz verdadera.
Desnudo delante de un fuego
que te obliga a meditar en la noche
los consejos de día del viento
con su sabiduría viajera.
.
Allí me encontrarás
en medio de mis pinturas rupestres
conocerás a todos los árboles del bosque
y sus troncos grabados de leyendas.
Cuando ves cual ellos que todo se repite
dioses, miedos, guerras, imperios,
creas tus propias leyes
escritas por la experiencia.
Todo es viejo y nuevo a la vez
el mismo círculo con sus radios,
centro y diagonales
que no para nunca de rodar
como una clonada noria eterna.
.
Cuando llames y no te conteste
búscame donde no hay nombres
que cuando entres en un arroyo desnuda
notes como te viste el agua
y tu reloj quede enterrado en su arena.
Se llega por caminos sin pisadas
las señales están hechas de aire
y las brisas huelen a libertad.
Sólo entonces encontrarás mi caverna.

Duele…en un lugar entre la garganta y el ombligo, señor poeta.