José Pastor González

En las 40 fotografías (en blanco y negro) y los 63 relatos de “Todos los colores del negro” hay pueblos y gentes. hay pastores, ganado y mastines. hay sopas de vino y copas de coñac. hay palomares, puticlubs, almacenes de pienso y estaciones de trenes, abandonadas. hay prados y huertas y robles y castaños y monte de brezo y escoba. hay viejos, viejas, neohippys, cacharreros y segadores. hay tabernas, tabaco de liar y botas de vino. hay pájaros (tordos, oropéndolas …), jabalís, lobos y corzos. hay mandiles y zamarras. hay silencio y molinos eólicos. hay palabras, lamentos y memoria. hay berzas, matanzas, legumbres, gallinas y pan de centeno. hay verbenas, libros y partidas de cartas. hay cuadras, regatos y carreteras polvorientas… hay personas, animales, plantas, costumbres, paisajes, objetos, trabajos, historias… que no suelen ser los protagonistas en la mayoría de los libros que se publican en la actualidad.

Miguel Núñez con sus fotografías y Miguel Bermejo con sus relatos nos hablan de un mundo campesino que está desapareciendo o por lo menos cambiando. porque las fotografías e historias de “Todos los colores del negro” nos llevan a un mundo olvidado y silenciado por la historia oficial, pero que todavía está vivo o por lo menos lo intenta. y nos lo cuentan sin prisas, sin gritos, sin exageraciones y sin parafernalia. unas historias que parecen estar hechas para leer, para contarlas y compartirlas, junto al fuego de la chimenea.

“Todos los colores del negro” y Salto al vacío, la editorial que lo publica, son necesarios para que no se nos olvide de dónde venimos y a dónde vamos. un libro necesario con imágenes y textos que abrigan y calientan como una buena manta zamorana.

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“Todos los colores del negro” Miguel Núñez y Miguel Bermejo (Salto al Vacío Editorial)