Dolores, Soledad y Amparo

Alberto Ernesto Feldman

Prisión

¡Hola, hola! ¿Leticia?  ¡Hola!…  ¿ Me  escuchás?… Recién  me  trajeron  esto al Penal,  un remisero  vino  hasta aquí con un regalo de mi mamá.  ¡Un celular, nada menos!, pero  ella todavía no se anima a venir,  dice que no quiere deprimirse.

Lo  estreno  con vos,  ¡mi primera llamada tenía  que ser para vos…! ¡Te quiero  Leti!…

Ayer te pedí un poco de azúcar pero no me hacía falta, sólo quería que te asomes al patio, lo que te permitan las rejas de tu  ventana, y que  te rías como  siempre, como cada vez que me alcanzás  lo que te pido,  con la soguita, como si fuéramos dos albañiles construyendo una casita.

Pero miento, o por lo menos,  no digo toda la verdad,  también me gusta ver,   cuando te inclinás un poco, junto con tu  risa, tus brazos  blancos y el nacimiento de tus pechos, que quisiera acariciar ahora mismo.  Leti,… ¿me estás escuchando?… en  un ratito, te pediré que me tires la soga, así te doy la mitad de la torta que me trajo recién el muy  hijo de puta; me siento  muy humillada, pero necesitaba  algo dulce…  se acordó de mi Cumpleaños,  ¡con tal de joderme!…

 No tiene vergüenza,  se burla  sin parar,  ¡se  levantó la camisa,  me señaló   la  cicatriz  y me   mostró  dónde tenía que  haber apuntado, si los dos teníamos que  pasar a  mejor vida!.

Me  golpeó durante años,  me castigó hasta el infinito y después, ¡viene y se burla porque no pude matarlo!…

Le  pregunté:   ¿por qué no me  pegás  ahora?…   y se rió.   Por si faltaba algo, el  muy perverso  fue quien   me infectó a sabiendas y se  caga de risa cuando se lo  reprocho.

Leti, ¿me escuchás?…contestame;   debajo de la torta va a ir  un  papel, léelo,  lo escribo porque no sé si recibís esta  llamada, escribo lo mismo que te estoy contando, porque no oigo tu voz y no  sé si esta cosa tiene pilas, señal,  o no sé qué cosa.

Igual, no me importa decirte  dos veces que te quiero. Mañana temprano  me internan en la Enfermería, me hicieron caso, no quería empezar a morirme el día de mi cumpleaños.  Hacete  la enferma  después del desayuno y  podemos estar juntas  mucho tiempo.

El médico de guardia  es buena gente y hará lo vista gorda, ya le hablé, incluso me dijo que tenga ánimo,  que hay una vacuna nueva. Yo  soy pesimista, estoy muy mal,  de verdad,  tengo miedo  y  te necesito  mucho. Un beso. Tu Elena.

 

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